Corrían finales de febrero del 2021 y ya se sabia de la posible existencia del ciclón yaku, o los anuncios de un probable fenómeno del niño. Las autoridades tenían el deber y la obligación de apresurar los trabajos de prevención para aminorar las consecuencias del desastre climático de inundaciones y huaicos que hoy azota a nuestra región.
Una de las obligaciones era
avizorar la contratación y la operatividad de maquinarias pesadas del goreli.
Asimismo, la contratación de profesionales con experiencias en situaciones de
crisis, y sobre todo identificar los puntos más vulnerables en la que esta
crisis climática podría afectar a muchas personas y terrenos de cultivo.
Pero prefirieron reunirse para
seguir festejando el triunfo electoral del 2022, con parihuelas y ceviches, con
proveedores, alcaldes y de yapa el director del hospital de Barranca.
Ojalá cambien de actitud y se
humanicen y enderezen sus caminos, trabajando para el pueblo que los eligió.
Finalmente se pide un informe pormenorizado de todo el poll de maquinarias
pesadas dejadas por la gestión regional saliente. La paciencia es nuestra mejor
virtud.
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