En el país existen
varios municipios, a los cuales empresas privadas les brindan servicio de
alquiler de cámaras para imponer las fotopapeletas, y en donde se aplican
multas que equivalen al 80% de un sueldo mínimo vital (S/850 soles), y lo mismo
pagas por ir a 40 ó 150 kilómetros por hora.
Estas
municipalidades se aprovechan para colocar máquinas que no son propias, sino
que le pertenecen a un concesionario que se lleva el 70% de los recaudado,
dejando solo el 30 % para la comuna lo que representa un gran negocio para el
privado. La mayoría de las sanciones se imponen fotopapeletas de 750 soles por
ir a más de 35 k/hora, siendo un gran negociado de los cómplices de los
alcaldes.
Ahora el gerente de
transporte de la Municipalidad provincial de Huaral SALOMON ESPINO GUERRERO,
con fecha 25 de febrero y en trámite el 27 de marzo, ha solicitado “la
necesidad de servicio de fiscalización a través de fotopapeletas en zonas
urbanas-zonas rígidas”, según lo establecido en la ordenanza municipal N°
009-2009 CMH de la ciudad de Huaral.
Para imponer las
fotopapeletas la municipalidad provincial debe realizar una millonaria
inversión antes como la correcta y debida señalización y realizar estudios de
velocidad, para luego dejar todo listo para que un privado aplique las mismas con
las ganancias que ya mencionamos.
En el caso de
Huaral, el cuestionado Gerente Salomón Espino (de ingrata trayectoria) indica
que las ganancias serian 50 % para la municipalidad y otro 50 % para la
municipalidad, si tomamos en cuenta que aproximadamente se recaudan 300 mil
soles mensuales en papeletas en esa comuna, de aprobarse el pedido de Espino
150 mil soles seria para la empresa, que sin hacer mucho esfuerzo y solo por
tercerizar obtendría pingues ganancias.
Así están las cosas
en Huaral, con Gerentes inhabilitados de trabajar para el estado pero
presurosos para manejar licitaciones y con pedidos como el de este gerente que
busca disminuir los ingresos de la municipalidad a favor de un tercero, o
simplemente aumentarlos a costa de los sufridos transportistas. Pero eso no es
todo, regresamos porque la paciencia es nuestra mejor virtud.
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