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lunes, 28 de junio de 2021

¿HASTA CUÁNDO SEGUIREMOS GOBERNADOS POR AUTORIDADES MENTIROSAS?


Desde 2006, cuando Humala introdujo aquel virus chavista que luego, en 2011, dejase congelado bajo el juramento que prestó a Vargas Llosa, lo que viene ocurriendo en el Perú es que ha desaparecido el Estado de Derecho. Eso que los británicos llaman The Rule of Law, que no es otra cosa que privilegiar el precepto de la ley para normar la conducta de la sociedad. Desde 2006, en este país campea la ley de la selva. Por no decir, la anomia.

El legicidio es el pan de cada día. Lo practica desde el jefe de Estado hasta el más pintado de los jueces, pasando por fiscales, etc. En general por cualquier autoridad que, constitucionalmente, está obligada no solo a defender la Constitución y las leyes, sino fundamentalmente a imponerlas en todos sus aspectos y en todos los foros.

Hoy la informalidad nacional no sólo está reflejada en ese 75% de la actividad socioeconómica que emprende la sociedad peruana en todas sus funciones laborales, productivas, profesionales; sino que está enquistada en la forma mendaz en que toda autoridad de gobierno aplica la ley y las normas constitucionales. Tanto a nivel central como regional y municipal. Concretamente, la falacia reina en todos los aspectos de la función pública.

La mentira es la base de este quebranto moral que soporta nuestra nación. Humala le mintió al electorado presentándose con una plataforma comunista. Por ella votó Juan Pueblo en primera vuelta. Pero tiró ese programa al traste para el repechaje, pariendo un régimen mediocre que, al final del día, privilegió la corrupción.

PPK también mintió al proponer un gobierno centroderechista para, finalmente, endosarle la presidencia a la progresía caviar, bajo el compromiso que no levantase la alfombra donde escondía sus podredumbres, como hombre poderoso durante el toledato. Vizcarra fue más allá. Era consciente de sus delitos como gobernador moqueguano. Urdió con el fujimorismo la caída de su mentor PPK; y, ya en palacio, dio un golpe de Estado para asegurarse todos los poderes y reinventar otro Estado a su imagen y semejanza: corrupto además de autoritario.

Finalmente, el candidato Castillo se presentó con un programa chavista que registró ante el JNE. Pero consciente de que la mayoría repelería esa propuesta, mintió en la segunda vuelta, trasgrediendo la ley al trocarla por una farsa sabiendo que ya en el gobierno retomará su talante totalitario, comunista. Más aún, el presidente del Jurado Nacional de Elecciones es otro mentiroso consuetudinario que, para evadir la verdad, ha optado por no confrontar las firmas de las actas observadas con el padrón de ONPE. Sabe que trasgrede la ley. Pero este sujeto, José Luis Salas Arenas, sabe también que, con el comunismo instalado en palacio, nada ni nadie se lo recriminará.

Ahí estriba la inviabilidad de nuestra sociedad como nación. En la mentira permanente urdida por quienes ejercen de autoridad, conscientes de que el poder les permite tanto engañar al pueblo como violentar las normas –inclusive la Constitución- saltándoselas para ellos; mientras las aplican en exceso contra quienes se les opongan.

miércoles, 23 de junio de 2021

UNAS ELECCIONES COCINADAS


Es evidente que nos encontramos en medio de la mayor estafa electoral que recuerde la historia contemporánea. Si bien el responsable de organizarlas ha sido el Jurado Nacional de Elecciones JNE, en el trámite han intervenido igualmente ONPE y Reniec. Hablamos entonces de una trilogía que ha destruido la confianza nacional fraguando un proceso signado por la trampa organizada. Veamos quiénes integran este peligroso trío que orquestó los comicios del Bicentenario, y hoy tiene a su cargo el escrutinio de las actas que definirán estas enviciadas, aunque peligrosísimas elecciones.

Jorge Salas Arenas preside el JNE. Es juez supremo. Conocido por ser comunista, ha defendido –y liberado- a terroristas. Acompañan a Salas tres gregarios, en extraña circunstancia de “miembros del Directorio”: Jovián Sanjinez, ex juez en Huaura; y Luis Carlos Arce Córdova, ex decano de Derecho de la Universidad Peruana de Las Américas. Completa este cuarteto Jorge Armando Rodríguez Vélez, Fiscal Supremo, el único delegado con voto de conciencia y suficiente carácter para sostenerlo.

Piero Corvetto Salinas preside la ONPE. Fungió de observador oficial en esa fraudulenta “elección” venezolana que reeligió a Nicolás Maduro, a la que calificase de “limpia”. De manera conveniente, antes fue gerente de Reniec; así que conoce de cuál pie cojea este otro ente de la trilogía electoral, porque lo administró hasta pocos meses antes de pasar a la ONPE, en 2020.

Carmen Velarde preside Reniec. Es abogada. Fue gerente de oficina descentralizada de Osiptel. Sospechosamente mantiene con permiso a Dina Boluarte, jefe de Oficina Registral de dicho organismo y ¡oh sorpresa!, candidata a vicepresidente en la plancha de Pedro Castillo.

Esta trilogía fue impuesta por la infausta Junta Nacional de Justicia JNJ, hija del golpe perpetrado por Vizcarra para adecuar el Estado a sus intereses. Veamos. Además de nombrar a los miembros del JNE, Reniec y ONPE, la JNJ designa a jueces y fiscales. Es decir, está concebida para reestructurar el Estado bajo un esquema hamponesco, adonde prima la voluntad de un imputado por corrupto, como Vizcarra, quien fungiese de jefe de Estado y, mediante esta JNJ, pretende continuar mandando.

A partir de la semblanza de estas tres instituciones digitadas por una manipulable JNJ, podrá usted, amable lector, entender la gravedad de la situación en que se encuentra el país, amenazado por un apparatchick comunista monitoreado desde el Foro de Sao Paulo. El JNE, en connivencia con ONPE y Reniec, pretende santificar a un régimen de corte chavista, que se entronizaría por tiempo indefinido. Dolo posibilitado por quienes –salvo una honrosa excepción- integran la maquinaria del fraude montada por la JNJ para producir un fallo electoral a la medida de Pedro Castillo, postulante del lapicito. Recordemos que el JNE sacó de la contienda a candidatos democráticos; permitió que postule Vizcarra estando impedido; facilitó la candidatura de aspirantes al Congreso ligados al terrorismo, etc. Finalmente, persevera en rechazar las pruebas del fraude aduciendo que la hora para presentarlas venció a las 8pm; encima, rehúsa solicitar a la ONPE el padrón electoral para cotejar aquellas firmas presuntamente falsas. ¿A esto podría llamársele elecciones limpias?

martes, 22 de junio de 2021

AL BORDE DE LA VIOLENCIA FINAL


A punto de cumplir el bicentenario de su independencia, el Perú está reducido a la incertidumbre, al capricho de algunos caudillos y eventualmente puede cruzar el umbral de una guerra civil.

La explicación inmediata es que el proceso electoral reciente está viciado por irregularidades y trampas múltiples desplegadas por una organización de izquierda que auspicia a Pedro Castillo.

El JNE bien podría invalidar lo actuado, o por lo menos investigar las múltiples denuncias formuladas desde Fuerza Popular y diversas organizaciones de independientes, pero opta por la sinrazón jurídica. Privilegia incidentes procesales y no atiende criterios de fondo, con lo cual está a punto de resolver a favor de un fraude escandaloso.

Sobre la base de la incertidumbre los comunistas despliegan un psicosocial que consiste en persuadiar falaz y emocionalmente a todos de que ya “ganaron” y que “se está manipulando” para impedir su victoria. Intimidatoriamente la propaganda roja se acompaña por exhibiciones matonescas de ronderos armados de machetes posesionados ilegalmente en espacios públicos como la Plaza San Martín.

El gobierno, en vez de cumplir con la función elemental de mantener el orden público y prevenir la violencia, incurre en farsantería al declarar que el uso de los machetes es solo cuestión “cultural”. Mientras tanto lanza una ofensiva múltiple contra el Congreso (que intenta cumplir con renovar el TC); contra la estructura policial (vía un DS inaceptable); y contra 23 generales en retiro del Ejército, 22 vicealmirantes en retiro de la Marina y 18 tenientes generales en retiro de la Fuerza Aérea, quienes simplemente instan al JNE a cumplir “de manera confiable y transparente su mandato constitucional”.

Sagasti echa gasolina al fuego; cree que puede amedrentar a los militares con el pedido de una investigación fiscal por presunta conspiración y no advierte que está dañando el honor de miles de oficiales de las FF.AA. y la PNP, gracias a quienes hoy el Perú tiene paz interna e internacional.

Olvida también que existe el grave riesgo de un enfrentamiento armado entre peruanos. La guerra civil está a la vuelta de la esquina porque las condiciones son equivalentes a las del siglo XIX cuando, entre 1820 y 1842 el país pasó por catorce años de guerra, más otras tres guerras de alcance nacional, entre 1854-1855, 1865 y 1894-95.

Suena dura la advertencia, sin embargo es cierta: o se impone la legalidad y la legitimidad electoral, o terminamos en un baño de sangre entre compatriotas.

miércoles, 16 de junio de 2021

SAGASTI NUEVAMENTE EXHIBE SU MALA ENTRAÑA


Violando la Carta y la norma, en plena crisis nacional Sagasti maniobró, sin éxito, para conseguir que Keiko Fujimori “desista de reclamar” la votación que recibiera, y que el comunismo maniobró para desnaturalizarla.

Aunque Dios sabe cuántas otras tretas siga articulando Sagasti para consolidarle el triunfo a Castillo, en este fallido proceso electoral convocado por él en forma empírica e irresponsable. En medio de una crisis moral y socioeconómica -además de sanitaria y política- sin parangón alguno, ocurre que el lunes Sagasti modificó el reglamento de la ley de la Carrera Policial sumándole otras ocho causales para pases al retiro en esta de por sí maltratada institución tutelar. Afecta desde capitanes a tenientes generales.

Tamaña amenaza la impone Sagasti en uno de los tiempos más álgidos por los que ha pasado nuestra nación, descuidando -¿adrede?- la seguridad ciudadana amenazada por una tormentosa crispación social producto de unas impresentables elecciones que quizá incendien calles y plazas por el malestar popular que han creado.

Igual fue en setiembre 2020, cuando se selló la justa destitución del miserable Vizcarra. Entonces los caviares –¿Sagasti fungió de operador tras bambalinas?- movilizaron a decenas de miles de jóvenes para delatar un “golpe” del Congreso. Alzamiento que devino en sucesivas, sangrientas asonadas impulsadas desde el partido político morado –alma mater del ahora presidente transitorio Sagasti- con el vergonzoso respaldo de La República, El Comercio, canal 4, canal, 8, canal 2 y RPP, que transmitían 24 horas del día aquello que denominaban la “protesta popular contra el espurio presidente Manuel Merino”.

La revuelta tan sólo acabaría cuando los caviares -y su prensa corrompida- consiguieron el ansiado muertito, lo que motivó la renuncia de Manuel Merino. Pero, entonces, apoyados por la casta caviar -defensora de un corrupto como Martín Vizcarra- los revoltosos la emprendieron contra la Policía Nacional acusándola de violentista y violadora de derechos humanos.

Hasta ahora no aparece un solo fundamento de que las balas que mataron a aquellos dos revoltosos proviniesen de la Policía. Habrían sido descargadas más bien por la turba violentista. Inclusive indirectamente azuzada por un Sagasti parapetado detrás de las paredes del Parlamento, impulsando la renuncia de un acorralado presidente Merino para, luego, definir su nombramiento como presidente del Congreso. Y, por tanto, delegado de éste ante el Ejecutivo, alcanzando así su soñado cargo como mandatario.

En plena agitación provocada por la polarización política promovida por el comunismo, hoy Sagasti exhibe su alma retorcida en todo su esplendor desarticulando a nuestra Policía y provocándole aún mayor desmoralización de la que ya sobrelleva, víctima del maltrato de presidentes como Vizcarra y Sagasti quienes la dejaron expuesta ante la pandemia, con el resultado de cientos, sino miles de policías muertos.

Aunque, eso sí, exigiéndole sofocar las asonadas arriesgando vida y salud ante la violencia callejera y la amenaza senderista que puja por capturar el poder; y/o exponiéndola al contagio del covid. Como podrá ocurrir durante estos días con motivo del viciado proceso electoral.

Sigue usted jugando con fuego, presidente interino Sagasti. Pero todo tiene un límite.

¿VERÓNIKA ‘REMODELA’ A CASTILLO? ¡CUENTAZO!


Presencia de fuerzas de izquierda radical impiden cualquier cambio en el plan original de Perú Libre, plasmado en el ideario presentado al JNE.

En vano firmaron un acuerdo político Verónika Mendoza a nombre de Nuevo Perú-Juntos por el Perú y Pedro Castillo, por Perú Libre. Mendoza, además, no tiene partido inscrito, es inquilina de organizaciones de izquierda según el momento. Los puntos más relevantes de este documento son la Asamblea Constituyente, la reactivación económica y la refundación del Estado.

Recientemente, Vladimir Cerrón -amo y señor de Perú Libre- mandó un estate quieto vía twitter, subrayando que su partido “ganó las elecciones”. Le colmó la paciencia que personajes de la llamada izquierda progresista de Mendoza hablaran por el candidato y modificaran el plan marxista leninista mariateguista señalado en el ideario de Perú Libre. Y eso que aún no llegan al poder. De lograrlo la ‘choteada’ de los ‘progres’ será fulminante.

Castillo lidera, por azar, este frente de extrema izquierda. Él representa al Sutep Conare, vinculado a Movadef y por ende a Sendero Luminoso. Es uno de cinco. Los otros grupos que integran este conglomerado son: 1) el Frente Patriótico, conformado por los gremios sindicales, mineros, frentes de defensa, ubicados básicamente en el sur del país. 2) El etnocacerismo, comandado por el radical Antauro Humala, quien articuló las violentas protestas contra Tía María años atrás. 3) El Partido Perú Libre, de Vladimir Cerrón, quien ha sido el orquestador de la candidatura de la ultra izquierda, vinculado con los senderistas del Vraem, a mando del sanguinario Víctor Quispe Palomino. 4) Verónika Mendoza, la izquierdista perdedora de dos elecciones presidenciales que ofrece al economista Pedro Francke para que ‘suavice’, sin éxito, el aberrante plan económico de Cerrón.

Adicionalmente los sutepistas del Conare, organismo del Sendero de Abimael Guzmán, han formado el Frente Político Magisterial. Dicen ser las bases de Castillo y los lidera el congresista electo por Perú Libre, Édgar Tello, sutepista. Queda claro que el profesor ya tiene un yugo claro a quien responder.

Cuatro de los integrantes de esta alianza de extrema izquierda, odian profundamente a “los caviares”, es decir a Mendoza y a su grupo. Verónika está ahí por “oportunista” sostienen. No tiene vínculo con ninguno de los cuatro y su alicaída imagen solo despierta rechazo.

martes, 15 de junio de 2021

AMENAZAN CON TOMAR LIMA ESTE 16 DE JUNIO


Los simpatizantes de PL han salido con el cuento de que van a defender el voto de Pedro Castillo ante el “intento de golpe fascista” de los partidos democráticos. Para tal fin organizan una movilización nacional a Lima para este 16 de junio. Amenazan llegar los ronderos de Cajamarca, cocaleros del Vraem y todo tipo de organizaciones similares al llamado “Frente nacional de organizaciones sociales del Perú”. Pero el monopolio de la calle ya no lo tiene la izquierda sino que la derecha y el centro también ya están posesionados de la calle. Es una guerra de desgaste.

“NOTABLES” PRESIONAN

El pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) insiste en hacer sesiones sólo con cuatro miembros y sin transmitirlas por televisión. De forma que están violando el compromiso inicial, a través de su titular, Jorge Salas Arenas. Con esta medida la posibilidad de transparentar los debates de las actas impugnadas, observadas y con solicitudes de anulación obvio que se dificultan. Se dice que la presión viene de algunas universidades y “asesores notables” para que Salas siga trabajando, por lo bajo, en favor del hombre del sombrero y del lápiz.

 PATRIA-ROJAS

Todos saben que Perú Libre se jacta de luchar contra la corrupción. Si esto es así, ¿por qué no dicen nada del magistrado Jovián Sanjinez, brazo derecho de Salas Arenas en el Pleno del JNE, quien está vinculado a los procesos del corrupto César Álvarez de Áncash? ¿Por qué callan en todos los idiomas del oscuro pasado de este personaje y de su militancia política, que es la misma que la de su jefe, es decir “Patria Roja”?, se preguntan en la oposición.

 RODRÍGUEZ Y MAÚRTUA

De asumir la presidencia Pedro Castillo, el 28 de julio próximo, lo que implicaría un catástrofe para el Perú como lo ha hecho notar Mario Vargas Llosa, un equipo de ex diplomáticos de carrera y asesores vinculados al gobierno chakano y corrupto de Alejandro Toledo (2001-2006) tomaría las riendas de Torre Tagle y el manejo de la política exterior con los excancilleres Manuel Rodríguez Cuadros y Óscar Maúrtua.

 SE FROTAN LAS MANOS

El primero -Rodríguez- asumiría nuevamente la Cancillería, y el segundo -Maúrtua- bien la Embajada en Estados Unidos o la OEA. Otra ficha móvil, el embajador Luis Chuquihuara, sería el relevo del actual viceministro Ignacio Higueras Hare. Finalmente el abogado Óscar Schiappa Pietra, ex asesor de Rodríguez Cuadros y ex jefe de la Agencia de Cooperación Internacional (APCI) en tiempos del toledato, también formaría parte del grupo.

 OENEGEROS

La mayoría de los aludidos forma parte de la ONG FOPRI o Foro Permanente de Relaciones Internacionales donde está la flor y nata caviaril de temas internacionales y que se convertiría en la cantera de cuadros castillistas para manejar las relaciones exteriores y otros menesteres del lapicito. Y es que ahí están conspicuos rojos y rosados como César Rodríguez Rabanal, Gonzalo García Núñez, Ricardo Soberón Garrido, Juan de la Puente y otros.

 BESAMANOS

Obvio que entraría por los palos el siempre arribista Harold Forsyth, quien curiosamente ha tenido las embajadas más importantes de Torre Tagle: Estados Unidos, Italia, China, Japón, Colombia y otras. ¿Cómo lo hace Harold? ¿O es que ahora es su hijo, el ex candidato presidencial y arquerito George Forsyth, quien le está buscando chamba? Ojo que a este muchachón ya se le vio hace pocos días haciendo cola para el besamanos sumiso a Pedro Castillo.

EL OTRO MUDO

Luego de salir a declarar que apoyaba a Pedro Castillo habiendo hecho campaña por Keiko Fujimori, el ridículo ha hecho presa de César Acuña. Tanto que se ha quedado sin habla. Ya parece que tenemos a otro mudo al estilo de Luis Castañeda Lossio porque don César se pasa horas y horas debajo de su cama. Plop.

MISOGINIA COMUNISTA

La reportera Sofía Gallegos, de TV Perú, estaba cubriendo a seguidores del lápiz en el frontis del Jurado Nacional de Elecciones, cuando un sujeto salió de entre la turba y la empezó a perseguir e insultar. Recién cuando apareció un agente de la PNP, dijeron que era un infiltrado. Esperemos que doña Zoraida Ávalos, fiscal de la Nación, tome acciones inmediatas para sancionar al sujeto.

OJO, DOCTOR UGARTE

Numerosos peruanos que sufren diabetes no han sido considerados como vulnerables por el Ministerio de Salud, y tienen que esperar su turno por edades. Sería bueno que el doctor Óscar Ugarte ponga las barbas en remojo, y tome en cuenta sus pedidos, porque sus decisiones ocasionaron maltrato a miles de adultos mayores que debían esperar horas en la intemperie por sus dosis.

 ANÍBAL EL CANÍBAL

Por darle un enfoque apocalíptico a que una candidata presidencial pida revisar actas con irregularidades, la agencia de noticias EFE publicó que el constitucionalista Aníbal Quiroga es asesor de Perú Libre. Al parecer, lo confundieron con el también abogado Aníbal Torres. Nos dicen que el error vino de un corresponsal rojete que antepone el activismo político a la información.

viernes, 11 de junio de 2021

¡NOS ESTÁN ROBANDO EL PAÍS!


¡El comunismo –en concreto, Cuba y Venezuela- ya canta victoria electoral en el Perú! ¡Nos están robando el país! ¿Estamos dispuestos a perderlo? ¿A dejar que ocurra una intromisión foránea para convertirnos en país miserable; sin libertades; arruinado; sin posibilidad de vuelta atrás, siendo conscientes de que el comunismo una vez instalado en el poder no lo deja más? ¿Es eso posible? ¿No fue suficiente permitir que el Jurado Nacional de Elecciones permitiese que el partido Perú Libre, patente de un individuo condenado por corrupción que además mantiene vínculos con sendero luminoso, haya permitido que se inscriba como plataforma electoral del candidato Castillo?

Como comentábamos ayer, estamos en manos de cuatro gatos –los cuatro miembros de un incompleto (adrede) Jurado Nacional de Elecciones JNE- porque la izquierda nacional se negó a aceptar el triunfo del jurista Javier Villa Stein, quien resultó elegido Decano del Colegio de Abogados de Lima, con derecho a voto dentro del JNE. Desde entonces este ente estatal -que decidirá el futuro de la nación- viene sesionando con una directiva incompleta.

Encima, su presidente -comunista y defensor de terroristas, para vergüenza de la patria- ejerce indiscriminadamente la abusiva facultad del doble voto, en medio de una elección adonde uno de dos contendores –Castillo- representa precisamente a un partido político que busca imponer un régimen comunista, afín a los intereses de sendero luminoso; y el otro, Fujimori, la vigencia del sistema democrático y el Estado de Derecho. Por esto último votaron mayoritariamente los peruanos en la primera vuelta de este cuestionado proceso.

Por eso tampoco debemos permitir que la cúpula del Estado –en gran medida afín a gobernantes funestos como Humala, PPK, Toledo, Vizcarra, Sagasti, a quienes deben el puesto- respalde al JNE, retorciendo la secuela de esta elección para determinar que el Perú ingrese (para no salir) a la órbita bolivariana marxista, como lo precisa el (único) programa de gobierno que presentó Pedro Castillo al Jurado al plantear su postulación.

Esto confirma, además, que los “observadores” -como esa oenegé Transparencia- son cómplices de la camorra comunista enquistada en nuestro Estado, que ha organizado un proceso electoral pleno de flecos. Tanto que permite se le estafe al país al carecer de control eficaz para evitar la manipulación de los votos.

Y encima, fomenta el fraude posibilitando que un Jurado electoral incompleto, con un presidente como hemos dicho sin credenciales de confiabilidad para dirimir en última instancia, justifique su errado accionar apelando a burócratas que fungen de “fiscales y jueces electorales”, quienes finalmente elevarán sus “fallos” al Jurado Nacional que, repetimos, está integrado por cuatro gatos presididos por el polémico juez Salas Arenas, quien sin argumento válido ejerce un doble voto.

Resulta temerario que cuatro burócratas designados a dedo por autoridades discutibles tengan el poder para decidir por 32 millones de peruanos si el Perú acabará siendo, o no, una nación comunista. Ello es algo que supera toda lógica.

jueves, 10 de junio de 2021

SI GANA KEIKO O CASTILLO LUEGO DE LA VERIFICACIÓN DE ACTAS IMPUGNADAS: ¡CUATRO GATOS DECIDIRÁN NUESTRO DESTINO, SEÑORES!


Constitucionalmente, el Estado peruano está representado por tres poderes; cada cual con plena independencia. Legislativo, Ejecutivo y Judicial. De modo que toda medida que tenga que ver con la representatividad de la sociedad reposa, exclusivamente, en alguno de estos tres poderes estatales. No existen más alternativas.

De otra parte, la coyuntura más dramática –consecuentemente importante- que tiene por delante una ciudadanía es la elección de sus autoridades. Porque de ella depende todo lo demás. En el Perú, sin embargo, para dirimir toda controversia alrededor de un proceso de elecciones generales –donde se escoge a presidente y a congresistas; o sea, las más altas autoridades de la patria- el pueblo únicamente puede acudir a un Jurado electoral designado a dedo por un organismo sin garantía de imparcialidad, de moralidad, ni menos idoneidad, denominado Junta Nacional de Justicia.

Por lo demás, hablamos de una entidad hijastra del golpe de Estado perpetrado por el miserable Vizcarra. Lo cual, desde cualquier perspectiva constitucional, carece de las necesarias garantías para cautelar los intereses de nuestra sociedad. Sobre todo, insistimos, porque esta “Junta de Justicia” es fruto de una infracción constitucional teledirigida por un tramposo ahora investigado por corrupción, y a quien este Jurado Nacional de Elecciones, nombrado por el ente que él –Vizcarra- promoviese mediante un golpe de Estado, le permitió quebrar la ley electoral aceptando que participase en este proceso sin haber renunciado seis meses antes de la convocatoria al mismo.

¿Y este mismo “Jurado”, comprendido por cinco miembros digitados por una “Junta” parida por una quiebra constitucional, decidirá los destinos de 32 millones de peruanos durante los siguientes cinco años? ¿Le parece coherente, amable lector?

Ahí no queda todo. ¡El Jurado Nacional de Elecciones JNE está incompleto! Sólo lo integran cuatro de cinco miembros. Por si fuera poco, el presidente se arroga la facultad de ejercer doble voto. Y, para más señas, ese presidente -Jorge Luis Salas Arenas- es comunista, Y fue defensor de terroristas. Coincidentemente, las mismas credenciales que exhibe el candidato de Perú Libre.

Ante semejante oprobio, resulta delirante pedir al ciudadano que confíe en la probidad de quienes se arrogan la facultad de decidir su futuro, sin acreditar credenciales constitucionales, legales, morales y funcionales para brindarle la debida credibilidad a un proceso electoral, en el cual se definirá si el Perú ingresa a la órbita comunista, senderista, chavista, maoísta; o si se mantiene dentro del espacio democrático. Hay demasiado en juego, señores, para que cuatro individuos, sin las debidas garantías, decidan si el proceso electoral está viciado o no lo está; y si las reglas de este proceso, sobre todo las aplicadas en primera vuelta, se cumplieron a cabalidad.

De acuerdo al entonces candidato Rafael López Aliaga, no se respetaron. Entonces, la duda existe. Y un cambio de rumbo vertebral como el que podría producir uno de los dos resultados de este balotaje, no puede ni debe estar en manos de una entidad cuestionada, cuyos pergaminos, reiteramos, nacen de un golpe de Estado.

Lo rechazamos, además, porque así surgen las dictaduras comunistas.

martes, 8 de junio de 2021

ELECCIONES EN PERÚ: UN TRABAJO DE ALTO RIESGO


Los últimos cinco presidente electos en Perú terminaron exiliados, presos o muertos. La crisis política marcó el ascenso de una figura desconocida para la mayoría: PEDRO CASTILLO, la nueva ilusión de los sectores postergados. Con el 95 por ciento de los votos contabilizados y una ventaja de casi 0,5 puntos, está a un paso de convertirse en el nuevo presidente.

PEDRO CASTILLO nunca imaginó estar tan cerca de convertirse en presidente de Perú. Dos meses atrás, la noche en que el voto popular lo consolidó como uno de los dos candidatos para el balotaje, las agencias de noticias internacionales ni siquiera tenían su foto. En ese momento comenzó realmente su campaña: encabezó actos en todo el país, enfrentó los flashes de las cámaras y los debates y soportó campañas mediáticas en su contra. El domingo a la noche mientras la candidata de la derecha, Keiko Fujimori, celebraba el anuncio del boca de urna que la daba ganadora por apenas 0.6 puntos, Castillo apareció públicamente en Tacabamba, Cajamarca, y megáfono en mano pidió “la más amplia cordura”. Había que esperar los resultados oficiales.

KEIKO FUJIMORI arrasaba en la capital del país y apuntaba a dibujar la imagen del triunfo, construirlo a partir de un festejo televisado. Demasiado para una boca de urna. Una sobreactuación donde la exaltación ponía debajo de la alfombra al nerviosismo: nunca hay que gritar un gol antes de que entre la pelota. Ni en el fútbol ni en la política.

El conteo fue lento. Poco a poco los votos del sur empobrecido comenzaron a dar vuelta la elección. Los festejos cambiaron de vereda. Con el 95.7 por ciento de las mesas escrutadas, Castillo está 77.806 votos por encima de su rival. Keiko se niega a reconocer la derrota y denuncia -sin mostrar evidencias- “irregularidades” y “fraude”. Castillo, el profesor de 51 años, está cada vez más cerca de convertirse en el nuevo presidente electo del Perú.

Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski. Los últimos cinco presidentes electos democráticamente en Perú desde 1990 terminaron exiliados, presos o muertos. En 1992 Fujimori, padre de Keiko y Kenji, cerró el Parlamento promoviendo un autogolpe de Estado. En noviembre de 2000, por fax, renunció a la presidencia desde Japón. Toledo gobernó entre julio de 2001 y 2006, trece años después fue detenido; Alan García entre 2006 y 2011. Se suicidó en 2019 cuando la policía estaba a punto de detenerlo por corrupción en el caso Odebretch.

Ollanta Humala gobernó entre 2011 y 2016. Como otros países latinoamericanos identificados con gobiernos neoliberales, Perú creció económicamente, pero sin distribución. Humala había sido un puñal para los gobiernos nacional-populares de la época: llegó con horizontes de transformación, en una campaña en la que se lo estigmatizó con ir hacia el modelo de Hugo Chávez en Venezuela. Aquello caló, Humala terminó enconsertado y su gobierno fue una continuidad de los anteriores. Un año después de dejar el poder fue detenido por lavado de activos y asociación ilícita.

El triunfo de Pedro Pablo Kuczynski, en 2016, en un disputadísimo ballotage con Keiko Fujimori que culminó 50.12% a 49.88%, evidenció de forma extrema la crisis política contemporánea de Perú. El 21 de marzo de 2018, apenas 600 días después de su asunción, renunció entre denuncias de corrupción y una erosión sistemática de la bancada fujimorista. Lo reemplazó Martín Vizcarra: cumplió funciones hasta noviembre del 2020, cuando el Parlamento peruano declaró su “permanente incapacidad moral”. Manuel Merino ocupó el cargo a sangre y fuego: duró apenas cinco días en el sillón. Cinco días marcados por las represiones a las manifestaciones que cuestionaban su legitimidad. “Se metieron con la generación equivocada” dijeron los jóvenes en las calles.

Tras la eyección de Merino, Francisco Sagasti se propuso ser un presidente de transición, entre la pandemia y las elecciones generales de 2021. El fujimorismo se frotó las manos: la tercera es la vencida, pensó la heredera.

LA APARICIÓN DE CASTILLO

Un sombrero en un balcón. Un hombre a caballo. Un logo de partido con un lápiz, a contramano de cualquier focus group. Pedro Castillo Terrones sorprendió a propios y ajenos en la noche del domingo 11 de abril de 2021. Mientras América Latina asistía a la derrota de Andrés Arauz -delfín de Rafael Correa- a manos del banquero Guillermo Lasso en Ecuador, Castillo se convertía en el personaje a descubrir.

EL FANTASMA DEL FANTASMA

Tanto en 2011 como en 2016 pasó algo similar: Keiko Fujimori arañó la presidencia del Perú con el 49 por ciento de los votos. Perdió con Ollanta Humala primero y con Pedro Pablo Kuczynski después. En su tercera campaña presidencial, Keiko explotó todos y cada uno de los clichés de la derecha latinoamericana. “La amenaza es real. Yo sola no voy a poder revertir estas cifras. Si no hacemos algo el 28 de julio, el día que Perú cumple 200 años, el comunismo llegará al poder para quedarse. Esto no se trata solo de ti o de mí, se trata de nuestros hijos”. La voz pausada de Keiko Fujimori en su primer spot tras las primeras encuestas de cara al ballotage, que situaban a Castillo con una distancia del 20 por ciento, contrastaba con la campaña de miedo que buscaba transmitir.

“Hoy enfrentamos una grave amenaza, al comunismo le tenemos que ganar” se canta en uno de los jingles oficiales de Fuerza Popular, titulado “Vamos Peruanos”. Allí se recrea la mítica canción de cancha latinoamericana: el “esta hinchada no te deja de alentar” es reemplazado por “este partido lo tenemos que ganar”.

A la par sobresalía la campaña silvestre, paraoficial. “Con comunismo no hay turismo” se leía en un cartel gigante en la ciudad de Cusco, apenas dos semanas después de la primera vuelta electoral. En las avenidas Faucett y Javier Prado de Lima aparecieron carteles con la leyenda “Piensa en tu futuro, no al comunismo”.

¿UN ATENTADO DE SENDERO LUMINOSO?

El domingo 23 de mayo por la noche, 16 personas fueron asesinadas en un bar de San Miguel del Ene, lugar que forma parte del denominado Vraem (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro). Cuerpos acribillados a balazos y luego quemados. Y una presunta prueba: un panfleto del Militarizado Partido Comunista del Perú.

El lunes las Fuerzas Armadas emitieron un comunicado en el que señalaron directamente por estos hechos a Sendero Luminoso, la organización armada que dejó de existir en 1992 cuando fue detenido su líder, Abigael Guzmán. Buena parte de la prensa concentrada peruana -y también diversas agencias internacionales- titularon con la hipótesis senderista. “Buscan paralizarnos y generarnos miedo. Hay que ir a votar, hay que defender el proceso demorático” dijo Fujimori sobre lo sucedido, buscando instrumentalizar los hechos.

Todo esto no invalidó una importante operación mediática: el machaqueo sobre una posible vuelta de Sendero y el intento por ligar al maestro Pedro Castillo con esta extinta organización y la masacre. Pretender anexar a Castillo a estos hechos violentos apenas diez días antes de la segunda vuelta presidencial.

VARGAS LLOSA CON KEIKO, MUJICA CON CASTILLO

El tramo final de la campaña generó apoyos internacionales para ambos candidatos. Leopoldo López, dirigente opositor venezolano, se movilizó hacia Lima para denunciar que Castillo buscaba seguir el camino de Hugo Chávez. El otrora antifujimorista Mario Vargas Llosa grabó un video en apoyo a Fujimori a través de la Fundación Internacional para la Libertad. “Si nosotros elegimos al señor Castillo en esta segunda vuelta, probablemente ya no haya más elecciones libres en la historia del Perú”, vaticinó. “Ellos son más que ciudadanos, verdaderamente revolucionarios. Esto en otras palabras quiere decir el establecimiento de un sistema socialista o comunista, que vendría a añadirse a los sistemas establecidos en Venezuela, Cuba y Nicaragua” sintetizó el Premio Nobel de Literatura, quien había invitado a Keiko Fujimori a un evento organizado por la FIL en Quito, Ecuador, con motivo de la asunción del banquero Guillermo Lasso.


El domingo de la elección, Vargas Llosa fue más allá: publicó una columna en El País, edición América, donde afirmó desear “ardientemente” que Fujimori gane la elección. La reconciliación Vargas Llosa-Fujimori representó un abrazo defensivo del establishment peruano frente a la emergencia de lo plebeyo: Perú Libre aparecía como la verdadera “fuerza popular” del país profundo, parafraseando al nombre del partido del clan Fujimori.

Del otro lado del mostrador, Pedro Castillo finalizó su campaña con un live con el ex presidente de Uruguay José Mujica. “Sos nacido en un país que es la historia sangrante de América Latina” le dijo Mujica a Castillo, a quien le pidió que no abandone la militancia por los humildes y pobres del Perú, sea cual sea el resultado.

“El hombre es un tipo de pueblo. No está deconstruido. Hace su esfuerzo, pero le queda mucho por delante” decían por lo bajo en el entorno de la ex candidata presidencial Mendoza. Más allá del hecho en particular, quedó en evidencia una campaña completamente amateur. Castillo nunca pensó en el escenario de segunda vuelta. Nunca imaginó estar en ese lugar. Lo logró aquella noche en la cual las agencias internacionales aún no tenían su fotografía lista para presentar los resultados. Y vinieron dos meses de una fatigosa campaña, con todos los flashes sobre su cabeza. El profesor sufrió los debates, los actos, las campañas mediáticas en contra suya y de Vladimir Cerrón, secretario general de Perú Libre.

LA NOCHE ELECTORAL

El boletín de la consultora Ipsos puso a Fujimori 0.6% arriba a nivel nacional, en un evidente empate técnico. Hubo festejos apresurados en el bunker limeño de Fuerza Popular: si bien en la capital Fujimori arrasaba, en el sur del país era derrotada con contundencia según esa misma encuestadora.

La propia candidata presidencial hizo filtrar un video donde se la veía saltando junto a su hermano Kenji, en una sobreactuación elocuente, tras ver el flash electoral. Megáfono en mano, Castillo apareció en Tacabamba, Cajamarca, llamando a “la más amplia cordura” e insistiendo en esperar los resultados oficiales de la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales).

Apenas horas más tarde, IPSOS dio un nuevo conteo rápido, esta vez de actas: allí Castillo lograba una diferencia a su favor de 0.4%. Los festejos, en ese momento, cambiaron de vereda.

En el conteo de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Castillo fue recortando distancias a medida en que la noche se hizo el lunes de día. Los votos del interior lo favorecieron: reventó urnas en Puno (89%), Huancavelica (85%), Cusco (82%), Ayacucho (82%); Cajamarca (71%), Tacna (72%), Huanuco (68%), Pasco (66%), Amazonas (65%), entre otros estados.

El Arequipa natal de Mario Vargas Llosa apoyó masivamente al profesor: Keiko sacó apenas 35% allí pese al ardiente deseo del Premio Nobel de Literatura. Nadie es profeta en su tierra, podrá decir. A Fujimori no le alcanzó con Lima (65%) y Callao (67%), probablemente los lugares donde más impactó la campaña urbana “anticomunista”, que la habían puesto a la cabeza electoral durante las primeras horas de conteo.

Keiko intentó el lunes por la noche una denuncia de irregularidades que poco se condice con lo que presenciaron las diversas Misiones de Observación Electoral presentes en Lima. Lo hizo basándose en supuestas evidencias de redes sociales: videos y audios de Twitter. Nada nuevo bajo el sol: Fujimori ya había denunciado presuntos fraudes tiempo atrás, llevando al país a una situación de inestabilidad. La tercera no fue la vencida: no hubo dos (derrotas) sin tres.

Castillo, el profesor se hizo conocido a nivel nacional en la huelga magisterial de 2017. En abril fue candidato junto a otras 17 opciones, sin grandes espacios en los medios de comunicación. Se metió en el ballotage a pesar de no contar con grandes recursos. A todas luces parece ser el ganador de la elección presidencial de Perú, constituyendo una ilusión para los sectores más postergados del país.

“No más pobres en un país rico” fue su principal slogan. Si el escrutinio definitivo lo confirma deberá trabajar para intentar hacerlo realidad.  Aun cuando todas las tendencias marcaban un triunfo casi seguro, el profesor plebeyo volvió a pedir “calma y serenidad” y defender el voto “hasta contar el último”. Nunca hay que gritar un gol antes de que entre la pelota. Ni en el fútbol ni en la política. Por Juan Manuel Karg.

MANTENGAMOS LA ESPERANZA


El país despertó con la noticia del progresivo recorte de los seis puntos porcentuales que llevaba de ventaja Keiko Fujimori. Desde la madrugada las cifras iban cayendo, hasta que ayer a mediodía Pedro Castillo pasó adelante en la cuenta de votos, ayudado por unos saldos del conteo de votos en diversas regiones que le han favorecido; particularmente la macro región Sur.

Si bien este castigo puso nuevamente en alerta al país -por lo que implica esta amenaza comunista que ensombrece nuestro firmamento- es cierto, igualmente, que falta sumarle el resultado de los votos de cerca de 950,000 peruanos que han sufragado en el exterior. De tal manera que aún quedan esperanzas de que el centroderecha consiga remontar el nivel suficiente como para ganar. Aunque fuere por un voto.

Como siempre, la izquierda –mala perdedora- saltó a gritar ¡fraude! Una palabreja que desespera en los corrillos del Jurado Nacional de Elecciones JNE vistas las afinidades de su presidente con el comunismo; así como el temperamento de escasa confianza que transpira el jefe de la ONPE. Aquello coincidió con el súbito cambio de sentido de la votación producido, precisamente, a partir de la madrugada del día de ayer, con lo cual los rojos se quedaron más tranquilos.

Sin embargo, es evidente que de ocurrir lo contrario, como es previsible, los guarismos volverán a favorecer a Keiko ayudada por el cómputo de los votos provenientes del exterior. Aunque aquello recién lo sabremos hacia mitad de esta semana.

Sea lo que fuere el sufragio del 6/6 es la mejor radiografía de la grave polarización que embarga al Perú. La mitad del país está con la izquierda; y la otra mitad con el centro derecha. Una coyuntura de vértigo para cualquier escenario de gobierno, agravada por la presencia de un Legislativo atomizado, que dificultará hallar puntos de coincidencia para echar a andar un plan de Urgencia que el nuevo gobierno pondría en ejecución para impulsar un shock de confianza que destrabe las inversiones del sector privado, y viabilice así una economía que sobrevive en estado de coma.

Cada día que pasa la desesperación popular es más corrosiva. No solo víctima del desempleo desatado por el miserable Vizcarra -paralizando adrede el país sin haber tenido un plan de acción y reacción que respalde su osadía, dejando así en la calle a más de tres millones de connacionales-; sino por el encarecimiento del costo de vida empujado por esta tenaz devaluación que venimos soportando. A ambos efectos nocivos habrá que sumarle la frustración ciudadana, tanto por el duelo familiar, las deudas contraídas para curar a los suyos, el ambiente lúgubre que reina en el país desde hace un año, la falta de vida social, y la tensión de subsistir toda la familia metida en uno, dos o, en el mejor de los casos, tres ambientes en sus domicilios.

Y finalmente, la angustia política fruto de seis meses de brutales campañas para la primera y segunda vuelta electoral. La situación del país es muy seria, señores. Sin embargo, mantengamos la esperanza.

jueves, 3 de junio de 2021

SEGUNDA VUELTA ELECTORAL: LA ONPE CAMBIA HORARIO ESCALONADO Y RESERVA TURNO ESPECIAL PARA LOS ADULTOS MAYORES, GESTANTES Y PERSONAS CON COMORBILIDADES


SEPA QUÉ PASA SI VOY A VOTAR EN EL HORARIO RESERVADO PARA ADULTOS MAYORES Y PERSONAS DE RIESGO. Las urnas abrirán a las 7 de la mañana y cerrarán a las 7 de la noche.

Para esta segunda vuelta electoral, en la que más 25.8 millones de ciudadanos peruanos han sido convocados a elegir el próximo presidente, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) decidió cambiar el horario sugerido del voto escalonado, de acuerdo con el último dígito del Documento Nacional de Identidad (DNI), y reservar el turno de 2 a 4 de la tarde para los adultos mayores, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y enfermedades de riesgo.

Pero, ¿qué pasa si una persona que no está dentro de este grupo vulnerable acude a su local de votación en ese horario? ¿podrá ejercer su derecho a voto?

Primero hay que aclarar que el objetivo es evitar las aglomeraciones en el contexto de la pandemia de COVID-19 y que se repitan los contratiempos del 11 de abril, fecha de la primera vuelta, cuando las personas del grupo de riesgo fueron llamadas a votar primero.

Los adultos mayores, personas con discapacidad y comorbilidades, como diabetes y obesidad, de acuerdo con la recomendación, acudieron a votar de 07:00 a.m. a 09:00 a.m., lo que provocó mucho desorden y largas colas, debido a ausencias de los miembros de mesa titulares y suplementes. Debido a la condición de riesgo de las personas que acudieron desde temprano, estas no podían cubrir esas plazas -aunque en algunos casos lo hicieron- y tuvieron que esperar horas para sufragar.

¿QUÉ PASA SI VOY DE 2:00 P.M. A 4:00 P.M. Y NO SOY DEL GRUPO DE RIESGO?

La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) decidió reservar el horario 2:00 p.m. a 4:00 p.m. para los adultos mayores, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y enfermedades de riesgos.

Si en caso no es sufragante del grupo de riesgo y acude a su centro de votación en ese horario reservado, también podrá ejercer su derecho a voto, pero deberá tener en cuenta que estas personas tendrán la prioridad.

¿Y SI NO PUEDO IR A VOTAR EN EL HORARIO RESERVADO?

Si adulto mayor o persona del grupo vulnerable y no tiene quien lo pueda acompañar o debe realizar alguna otra actividad de fuerza mayor, puede acudir a lo largo de la jornada electoral, siempre tendrá una atención preferencial. Las urnas abren a las 7 de la mañana y cierran a las 7 de la noche. La intención con el nuevo horario es evitar contratiempos y una mejor atención.

¿CUÁL ES EL HORARIO, SEGÚN MI DNI?

De acuerdo con el cronograma de la ONPE, de 7 a 8 de la mañana., se sugiere acercarse primero a aquellas personas cuyo último dígito de su Documento Nacional de Identidad (DNI) es el 1. Y así, sucesivamente, hasta el que termina en el número 7, que debe ir de 1 a 2 de la tarde. Entre las 2 y 4 de la tarde se continúa con las personas del grupo de riesgo. Luego, de 4 a 5 de la tarde se les recomienda acudir a las personas cuyo DNI finaliza en 8; de 5 a 6 de la tarde, a las que su documento termina en 9; y de 6 a 7, a las que culmina en 0. Sin embargo, ten en cuenta que se trata de una recomendación con el fin de un proceso electoral ordenado y disminuir los riesgos.

miércoles, 2 de junio de 2021

CONGRESO APRUEBA LEY PARA QUE GOBIERNOS REGIONALES Y LOCALES ADQUIERAN VACUNAS CONTRA EL CORONAVIRUS


Pese a que la norma fue observada por el Ejecutivo, obtuvo -por insistencia- 100 votos de respaldo en el Parlamento.

El Pleno del Congreso de la República aprobó, con 100 votos a favor, ningún voto en contra y dos abstenciones, la Ley que promueve la adquisición y provisión de la vacuna contra el coronavirus como estrategia sanitaria de vacunación para garantizar su acceso oportuno en el sector privado y en los gobiernos locales y regionales; pese a que fue observado por el Poder Ejecutivo.

Según la ley, el Ministerio de Salud autoriza al sector privado la importación o adquisición de la vacuna, el cual deberá poner a disposición del Cenares para su distribución gratuita en todo el territorio nacional. Así, las empresas que adquieran la vacuna tendrán la prioridad de inmunizar a su personal dentro del marco del Plan Nacional de Vacunación. Sin embargo, esta facultad para el sector privado no fue la novedad del día, debido a que el martes, un Juzgado respaldó la importación por parte de empresas.

La novedad radicó en la autorización, de manera excepcional y transitoria, a los gobiernos regionales, con cargo a su presupuesto institucional, la importación o adquisición de la vacuna y otros medicamentos contra el coronavirus.

Mientras que los gobiernos locales, previo convenio con los gobiernos regionales, podrán solicitar, con cargo a su presupuesto institucional, la importación de la vacuna y otros medicamentos contra la pandemia.

La autorización o facultad estará vigente mientras dure la emergencia sanitaria, que ha experimentado prórrogas desde la llegada de la covid-19 al Perú. Asimismo, queda a criterio del Ministerio de Economía evaluar aranceles para este proceso de importación.

Desde la aplicación de esta ley, el Minsa y el Mef tienen un plazo no mayor a 10 días calendario para preparar todo lo necesario en el marco de la importación de vacunas por parte de privados y gobiernos regionales y locales.