La ciudad de
Barranca soportó la madrugada del 6 de febrero una lluvia torrencial,
acompañada de una tormenta eléctrica, que causó cuantiosos daños materiales en
viviendas, locales públicos –como el Hospital de Barranca- entre otros.
La fuerte lluvia
inundó viviendas y formó aniegos en diversas calles de la ciudad, y los daños
causados afectaron al Hospital de Barranca que suspendió su atención debido a
los aniegos que se presentaron en sus instalaciones.
Han pasado
exactamente 48 días y no se han tomado los controles de prevención al techo del
Hospital, es más ni siquiera se han descolmatado las canaletas, que siguen
obstruidas y con el peligro de una inundación ante una nueva lluvia.
Todo sigue igual y
nada ha cambiado bajo la mala dirección de fracasado médico Richard Solano,
quien más se ha preocupado en despedir al personal incómodo para su gestión, y
cumplir con los pagos de los proveedores de siempre.
Tanta publicidad en
mermeleros por gusto, pues solo difundieron mentiras con relación al estado
situacional del hospital de Barranca y que hoy luego de casi dos meses, podría
colapsar con una próxima lluvia intensa. Regresamos porque la paciencia es
nuestra mejor virtud.
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