No hay duda que a Chavarría el cargo le ha quedado demasiado grande. No se da cuenta que su gestión es un fracaso y su sola presencia ya es un peligro para la gobernabilidad de nuestra región.
Mientras en otras regiones durante el 2019 se tomaron acciones casi
inmediatas para solucionar la falta de camas UCI y plantas de oxígeno, en la
región Lima se cambiaron hasta 3 veces de director regional de salud y se
volvió a insistir con el incapaz que renunció porque precisamente se sintió
abrumado por la crisis sanitaria.
Sin sumar los escándalos que merecieron la intervención de la
fiscalía anti corrupción, quienes indicaron la presunta existencia de una
organización criminal dentro del sector salud y del propio GORE.
El tratamiento en la gestión Chavarría contra el covid 19 a pesar
de contar con casi 80 millones de soles fue un fracaso, sin planeamientos ni
estrategias, el alto nivel de contagios y muertes solo fue disimulado,
estadísticamente, por la confusión del gobierno central de mezclar Lima
provincias con Lima metropolitana.
Chavarría debería de sentir vergüenza al ser considerada nuestra
región como ALERTA SANITARIA MUY ALTA, junto a las regiones de Ancash, Ica,
Junín, Lambayeque, Piura y Tacna, con el confinamiento de los días domingo y
con un toque de queda desde las 7 de la noche hasta 4 de la mañana.
Sin embargo, el gobernador regional muy suelto de huesos y sin
reconocer su responsabilidad política, sale a declarar a medios nacionales que
NO HAY CAMAS UCI, y que su gestión ha sido incapaz de comprar ambulancias,
plantas de oxígeno, entre otros.
Lo peor es que sin mostrar siquiera una pizca de vergüenza ni un
resoplo de indignación propia, pues de ocurrir una tragedia sanitaria por falta
de logística en las redes de salud, el único responsable seria solamente él.
En esta segunda ola covid 19 y en donde recién comenzamos, y ya los
hospitales están colapsados, no hay módulos IOARR, ni camas UCI, ni plantas de
oxígeno, y seguramente se preparan para futuras compras presuntamente sobre
valoradas de mascarillas, EPP, y pruebas rápidas. Pero eso no es todo,
regresamos porque la paciencia es nuestra mejor virtud.
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