En el siglo XVIII Ernst Wilhelm escribió una novela espeluznante: Los elíxires del diablo. En esos menjunjes demoníacos se contienen las cosas más terribles y espantosas que puede imaginar el espíritu humano. En el año 2022, Pedro Castillo está cocinando los elíxires del comunismo que nos envilecen como nación.
La fotografía
recientemente publicada de la entrevista Cerrón – Castillo lo resume casi todo:
uno es sentenciado por corrupción, el otro es investigado por corrupción. Y
ambos se dan la mano en un régimen que en apenas 150 días acumuló 85 denuncias
por actos indebidos contra la administración pública; incluyendo desde el
cohecho y la colusión para delinquir en agravio del Estado, hasta el intento de
desestabilizar a las FF.AA. y la PNP.
La admonición de
González Prada, “donde se pone el dedo salta la pus”, se cumple literalmente en
medio de la soberbia, mentira y blindaje presidencial. Por ejemplo, es una
farsa el amago de investigación por las reuniones clandestinas con proveedores
del Estado y lobistas en la salita de Breña. Zoraida Ávalos se ha burlado de
todos ordenando el auto apertorio (con lo cual cumplía sobre el papel la
función) para inmediatamente declarar que el Presidente no puede ser
investigado, lo cual es falso porque la Constitución solo impide que el
mandatario sea procesado y sentenciado durante su periodo.
Es igualmente
repudiable que la primera ministra no haya sido incluida en la investigación ya
que constitucionalmente es responsable del despacho presidencial; y a pesar de
que se comprometió a que Castillo daría la lista de los visitantes de Sarratea,
aunque ahora dice que no es obligación por “estrategia legal”.
Apesta que el
ministro de Justicia amenace con la destitución del procurador por haber
denunciado hechos dolosos; y que, encima, vuelva a amedrentar a periodistas,
inclusive a aquellos que se prestaron a reunirse con Castillo para servirle de
caja boba de resonancia.
Todo es podredumbre.
El sombrerudo se alucina rey. Para celebrar fiestas en Chota se cambiaron las
normas, mientras el resto del país estuvo encerrado en Navidad y Año Nuevo. Y
ahora resulta que, por secreto acuerdo con el lagarto Vizcarra, nombra como
presidente de Perupetro al felón Salaverry, sin que siquiera cumpla con los
requisitos legales. Según Wilhelm, quien toma el elíxir del diablo no muere, se
degenera. En el drama de Castillo quien pacta emputece. ¿Hasta cuándo vamos a
permitirle que siga envenenando a nuestra patria?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.