Cada día el afán de
intolerancia en ciertos personajes que son designados inmerecidamente en cargos
de confianza es indignante.
Este es el caso del
recién designado director del Hospital Rezola de Cañete Gumercindo Carbajal
quien sabedor que su gestión está conducida al fracaso amenaza mediante
memorando a todos los trabajadores de esa entidad.
De forma soterrada
‘exhorta’ a todos los trabajadores al cumplimiento de la Ley 27815, Ley de
código de ética de la función pública y de la Ley SERVIR y su reglamento N°
30057, así como del reglamento interno de servidores civiles del HRC.
En pocas palabras,
trabajador que sea sorprendido criticándolo o simplemente cuestionándolo será
procesado administrativamente, una seria amenaza que indica el alto índice de
intolerancia que puede tener un funcionario público que debería ser evaluado
por el Gobernador Regional.
Lo que no sabe,
este médico es que así amenace a los trabajadores, no podrá acallar los
cuestionamientos pues la constitución política del Perú establece la libertad
de expresión y opinión, así sea un trabajador público. Malos vientos se
avecinan en al hospital Rezola de Cañete. La paciencia como siempre es nuestra
mejor virtud.
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