En pocos días el entorno del gobernador regional se ha modificado de
manera radical. Han surgido nuevas condiciones políticas, produciéndose también
un cambio significativo en el comportamiento y en la naturaleza misma de los
actores, tanto externos como internos.
En este nuevo proceso de integración de gestión se enfrenta a una serie
de desafíos, pero también de posibilidades. Ya está comprobado y espero le
sirva de lección, que la intromisión familiar solo genera desgobierno y
rechazo. Su inoperancia producto del desconocimiento administrativo, es sumada
a una ambición desmedida por el poder.
Es importante reconocer que el fracaso frente a la pandemia producto del
colapso de los hospitales, es también el fracaso de una política de salud
errada, en donde la impunidad e inmunidad de malos funcionarios ha sido la
causa principal, insistir con estos es ofrecerse al matadero.
Los cambios y recambios deben de ser paulatinos, el desprenderse de
funcionarios que conforman la columna vertebral y/o reemplazarlos por
aprendices o foráneos, solo aumenta la posibilidad de seguir con el fracaso.
Lo que no entienden en el gobierno regional es que la Política Pública
es un instrumento de trabajo mediante el cual se pretende alcanzar desde el
Estado, en forma sistemática y coherente, ciertos objetivos de interés para el
bienestar de toda la sociedad, y en 20 meses de gobierno no se ha logrado.
Las ultimas renuncias de directores y gerentes regionales, ha ocasionado
un cisma muy peligroso y de lamentables consecuencias futuras para el mismismo
gobernador regional, las mismas que debería de avaluar al corto plazo.
No se puede prescindir de funcionarios con el cuento de incapaces, para
luego designar a otros cuestionados por actos de corrupción y con una larga
cola. El remedio puede ser peor que la misma enfermedad.
Finalmente, el gobernador regional debería dejar de ser influenciado por
familiares o personajes de dudosa procedencia como ese ‘asesor’ de apelativo
LUCHO AREVALO, quien a su vez es íntimo del hijo de Chui, entre otros
mermeleros interesados en llenar sus alicaídos bolsillos.
Esperemos que las aguas se calmen, y comience por fin el desarrollo y el
progreso de la región. De continuar en ese rumbo, el final del camino está al
doblar la esquina. Errar es de humanos, persistir es de terca petulancia. La
paciencia es nuestra mejor virtud.
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