Cuando el país entró en cuarentena, el Presidente de la República Martín
Vizcarra dispuso la entrega a todos los gobiernos locales de 200 millones de
soles, para la compra y distribución de
canastas básicas para los peruanos pobres que habían perdido sus empleos en la
pandemia de coronavirus.
Dudosos del accionar de los alcaldes, muchos contrastaron los precios de
los frijoles, el arroz, aceite de cocina y otros artículos comprados en los
supermercados y dijeron que encontraron que los alcaldes habían pagado un
exceso de casi un 40% por los artículos. Además, muchas familias indigentes
dijeron que nunca recibieron ninguna de las ayudas. El trato con sobreprecio en
el país era de aproximadamente 80 millones de soles.
Por eso los alcaldes, gobernadores regionales e incluso funcionarios del
Gabinete, han estimulado la repulsión pública en medio de acusaciones de que
explotaron la pandemia con sus reglas de adquisición relajadas, diseñadas para
acelerar las decisiones de gasto, para otorgar contratos a los donantes de la
campaña y robar dinero público.
El fenómeno de la corrupción en el Perú se ha vuelto un tema tan
cotidiano que no deja espacios a la imaginación de las mil y una formas de
sustraer recursos del estado, así como de los mecanismos de blindaje para
burlar la justicia y ampararse en poderes institucionales para dar sus
bocanadas de impunidad ante una sociedad que parece atenta a conocer el nuevo
escándalo para el morbo, más no para la indignación que debe causar un problema
tal que tiene al país en circunstancias precarias en los hospitales, la salud,
la educación y el empleo digno.
Se han denunciado muchos casos. Como el del alcalde provincial de Huaura
entre otros, pero ninguno está preso, es más ni siquiera existe la posibilidad
que sean sancionados por presuntamente haber sobrevalorado estas compras, que
en tiempos de coronavirus sería un crimen de lesa humanidad.
El coronavirus no solo ha traído a nuestro país muerte y crisis
económica, sino también decenas de presuntos casos de corrupción que se vienen
investigando en todas las regiones en medio del estado de emergencia.
Lamentablemente los corruptos se siguen riendo del aparato de justicia y peor
aún, del pueblo. La paciencia es nuestra mejor virtud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.