Basta ir a un
hospital de la región Lima para conocer el “infierno”. Desgano, negligencias,
mal trato, inoperancia, incapacidad, escases de medicinas, falta de equipos
médicos, no hay médicos especialistas, ambulancias y ascensores malogrados, no
hay grupo electrógeno para cualquier emergencia, etc.
A nadie le importa
cambiar esta situación. Todos llegan al poder para ser testigos impávidos,
cómplices conchabados con la incapacidad, dejadez, inhumanidad y sobre todo
corrupción. Todos los directores y funcionarios son nombrados a dedo, no hay
meritocracia, no se elige al mejor, sino al integrante de la banda política, al
que roba y deja robar.
Los que sufren son
los enfermos quienes agonizan por falta de atención médica, en una agonía
conjunta de mil sufrimientos con sus familiares, quienes llorosos reclaman, se
quejan, protestan, pero nadie los escuchan en una muerte compartida de dolor
sin piedad de nada ni nadie.
Se va Chui, así
como se fue sin pena ni gloria Mufarech, Alvarado y se irán muchos más. Ninguno
de los nombrados pudo solucionar la
difícil problemática del sector salud. Es más la corrupción se ha incrementado años
tras año que ya no causa sorpresa las denuncias por presunto latrocinio,
malversación y enriquecimiento. Existe hoy en día impunidad e inmunidad de los
corruptos que se ríen del pueblo.
¿Cuántos más tienen
que morirse para que reaccionen estos inhumanos que mal gobiernan al pueblo?,
¿Cuánto más sufrimiento tienen que brindar a los enfermos y a sus familiares
para que sea desaforados políticamente?, ¿Cuánta más corrupción tendremos que
ver para que intervengan los organismos de control, y fiscalización?.
La gestión del
grupete político “LA FAMILIA” sólo deja a su paso corrupción, incapacidad,
negligencia, inhumanidad, etc…. Lo increíble es que pretenden seguir en el
poder en el GORE y la MPH, alentado además a sus candidatos camuflados,
financiados por la corrupción.
El pueblo tiene la
palabra. Nunca más la corrupción y el continuismo.
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