Si bien es cierto
la ley regula el proceso de designación de los candidatos electorales de los
partidos, esto ha pasado a depender exclusivamente de los propios partidos.
Ante la imposibilidad de expresar votos de preferencia en las listas, los
electores se limitan a refrendar la designación de los candidatos impuestos por
los ‘dueños’ de los partidos políticos, dejando de lado una elección popular
legítima.
Al final, todo
queda en el ámbito de la libertad de autoorganización de los partidos, siendo
ellos, y no los electores, quienes controlan los resortes para el acceso y la
exclusión de la política de los pre y candidatos finalmente, y que son electos
por escasos simpatizantes, con fichas llenadas por un solo puño, en algunos
casos.
CUESTIONADA
'DEMOCRACIA INTERNA'
La ley exige a los
partidos democracia interna, pero en la formación de las candidaturas dicho
mandato se ha incumplido sistemáticamente. La mayoría de los candidatos de los
partidos han sido cooptados por la cúpula partidista o designados directamente
por el líder, lo que redunda en perjuicio de la calidad democrática y bloquea
la renovación de las élites políticas.
Con los controles
debidos, las primarias podrían dinamizar la vida interna de los partidos,
movilizar a sus afiliados y simpatizantes y romper las tendencias oligárquicas
de sus organizaciones.
Las primarias
facilitan la aparición de nuevos líderes, dotan de mayor legitimidad social a
los candidatos elegidos y les otorgan autonomía respecto al aparato partidista.
Y ante el descrédito social de los partidos políticos, servirían para fomentar
la participación política y recobrar, en parte, la confianza ciudadana.
IMPOSICIÓN
DE CORRUPTOS Y FRACASADOS
Todo esto no se ha
cumplido, salvo honrosas excepciones, nuevamente las cúpulas partidarias nos
imponen candidatos impresentables, cuyo único mérito es el fracaso, incapacidad
y el dinero (no obtenido lícitamente) con el que cuenta.
A este paso vamos a
elegir a un nuevo congreso con las mismas debilidades, falencias y desprestigio
del que hace poco fuera disuelto.
Y la región Lima no
es la excepción pues NO están los que deberían estar, los partidos políticos
han preferido imponer a sujetos sin nivel ni preparación, dejando de lado a
líderes políticos, verdaderos representantes del pueblo.
No hace falta mencionar nombres, pero definitivamente, NO
ESTÁN LOS QUE DEBERÍAN DE ESTAR. La paciencia es nuestra mejor virtud.
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