Es sumamente
indignante que habiendo tanto presupuesto y sobre todo mejores profesionales
que amen a Barranca para que asuman la dirección de este hospital se tenga que
recurrir a mediocres incapaces como directivos, siendo responsables de las
largas colas para que un pobre paciente consiga atención médica.
Lo peor es que
muchos de esos enfermos que tienen que hacer largas colas desde la madrugada,
soportando el frio y el peligro de ser asaltados, no consiguen cita, pues estas
se agotan debido al reducido número de atenciones programadas.
Este hospital que tiene
en su haber una larga lista de denuncias por corrupción, muerte materna y demás
irregularidades va de mal en peor. No hay equipos médicos, no hay medicamentos,
no hay vestimentas para los enfermos y sobre todo no hay capacidad para salir
de esta crisis.
Mientras que el
director del Hospital Richard Solano duerme tranquilo en su casa, decenas de
personas de bajos recursos tienen que hacer largas colas desde las 3 de la
madrugada para obtener siquiera un ticket para una consulta médica, y/o poder
acceder a análisis u otros tratamientos para mejorar su salud.
Cada día se hunde
más el Hospital de Barranca, en donde los directivos están más preocupados en
acomodarse en cargos de confianza con buenos sueldos y plus incluidos, así como
viáticos por comisiones y otras gollerías, o están más preocupados en favorecer
a sus proveedores antes que atender a los pacientes.
Regresamos con al
II Parte del despido de más de 120 trabajadores impagos, para contratar a los
militantes y amigos del alcalde provincial, consejero y demás verdes de Fuerza
Regional. Porque la paciencia es nuestra mejor virtud.
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