Es quizás la provincia
con mayor índice delincuencial y en donde la vida no vale nada. Hasta salir a
divertirse sanamente es exponerse a balas perdidas generadas por
enfrentamientos de bandas de delincuentes que no tienen escrúpulos en agarrase
a balazos en medio de la multitud.
Nelson Chui nos
vendió el cuentazo del ‘Plan Cuadrante’ y Chavarria hizo lo mismo. No hay
autoridades no hay orden y no hay seguridad. La extorsión con violencia y los
asaltos a pleno día es pan de cada día, no hay alcalde, subprefectos ni nada
que siquiera lidere la lucha contra la inseguridad.
Obviamente, ellos
tienen seguridad personal que nosotros pagamos con nuestros impuestos, tienen
buenos sueldos que para variar también sale de nuestros bolsillos. Ni siquiera
hay un plan y menos la voluntad de combatirla.
El gobierno central
ha designado a payasos en la subprefecturas, en el caso de Barranca designa a
una anciana que debería estar cuidando a sus nietos. Y la culpa no la tiene
ella, sino el Gobierno Central que no evalúa la capacidad y la idoneidad antes
de designar a sus representantes.
Mientras las
autoridades pasan buena vida, y no se ponen de acuerdo para combatir la
delincuencia, Barranca se desangra y los vecinos a este paso no querrán ni
salir a las calles por temor a ser asaltados, secuestrados o recibir un balazo
por parte de sicarios o banda de asaltantes. Regresamos porque la paciencia es
nuestra mejor virtud.
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