La situación en el
Hospital de Barranca es para llorar pues la crisis parece haber tocado fondo.
La designación como nuevo director ejecutivo del médico Richard Solano ha sido
la gota que habría derramado el vaso.
No hay medicinas,
medicamentos, equipos médicos ni ropa asistencial para los enfermos, y la
reciente lluvia ha puesto al descubierto la inexistencia de planes de
prevención y contingencia frente a desastres. Es increíble que luego de la
fuerte lluvia de solo unas horas, el Hospital de Barranca haya colapsado y no
por la presencia masiva de asistencia médica a miles de damnificados, sino
porque sus instalaciones están en ruinas.
Solamente en los
últimos 4 años de la gestión de Chui, este Hospital ha tenido un presupuesto de
150 millones de soles, de los cuales el 10 % ha sido para invertir en el
mantenimiento de las postas y centro de salud de la jurisdicción.
Lo que se presume
por los últimos acontecimientos es que ese dinero fue a parar a los bolsillos
de la corrupción y no en el verdadero fin que era dotar de un establecimiento
de salud preparado al 100 %, para asistir al pueblo en una situación normal y
hasta en emergencia como ayer.
Es increíble que
hasta en el área de EMERGENCIA no haya habido atención médica; el desorden, la
desorganización, la incapacidad y la corrupción ha llegado al límite de la
protesta e indignación popular. Y los médicos no les importaba la demanda, era
tan grande la insensibilidad por parte de ellos, más que nada debido a la
ausencia de autoridad administrativa.
Cuanto será el
abandono del Gobierno Regional que el nuevo director Richard Solano llegó solo
con su resolución de designación en la mano a la oficina del ex director. No lo
acompañó nadie, salvo sus ayayeros traídos desde Huacho.
Mientras en otras
Redes de Salud el mismísimo Chavarría asistía a la presentación de los nuevos
directores en Barranca ni siquiera fue llevando al inepto Solano.
Pero tanta será la
ambición del médico Solano que sin ninguna pizca de vergüenza hizo el papelón
de ir solo sin la presencia de ni siquiera el director de la DIRESA. Su
designación más parece la imposición de proveedores y empresario que habrían
financiado la campaña de Fuerza Regional.
Dice el dicho a río
revuelto ganancia de pescadores, porque el único que estaría haciendo de las
suyas seria el alcalde provincial Ricardo Zender quien ha impuesto (previo
trato con Solano) la contratación de gente de su confianza, con el cuento de
apoyo político para que continúe en el cargo, así han despedido a muchos
trabajadores contratando a los ayayeros de Zender.
Pero eso no es
todo. Regresamos con la II Parte. La paciencia es nuestra mejor virtud.
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