Muchos pensaron que existía forma de rodear al falso profesor campesino y que aislar a Pedro Castillo de Vladimir Cerrón abría las puertas a mantener el sistemático aprovechamiento de las arcas del Estado a través de una importante parte del funcionariado público que se encuentra enquistado en Estado desde hace varios años, proceso que se inició con el Gobierno de Paniagua, pero sobre todo las abría para mantener las cuantiosas consultorías que -la inmensa mayoría de poca utilidad ciudadana- contratan con los ministerios sin control ni auditoría. Cerrón y su radicalidad no democrática sumado a su afán de copamiento con su partido parecían en ese momento ser los únicos escollos. Se equivocaron largamente.
En ese tremendo error
Verónika Mendoza y Salomón Lerner, “Siomi”, entre otros, trataron en la campaña
de la segunda vuelta de ser una especie de fiadores de la convicción
democrática del ahora Presidente. Llegado el momento de armar el Gabinete lo de
Francke casi fue lo único que pudieron obtener. Entregaron al país a cambio de
sus intereses de grupo y de una agenda restrictiva de libertades bastante más
lírica que técnica.
El ataque a la
libertad de los medios de comunicación en forma de Proyecto de Ley de Perú
Libre, la permanencia en el cargo de Maraví, la proclama de una “Asamblea
Constituyente”, de una “segunda reforma agraria”, las inconductas de Bellido y
su desafío vacío de propuesta en el tema energético son clara señal que se
encuentran encorsetados por el marco normativo constitucional para cometer
cualquiera de los estropicios antes descritos; requieren un paso previo: el
cierre del Parlamento de la República. No hay otra forma. Ellos lo saben, se
preparan para ese contexto, incluso promueven diarios y semanarios para
impulsar su narrativa y desde la oposición muchos, dentro de los grupos de
Acuña y Acción Popular, parecen no querer darse cuenta.
Visto esto nos
reafirmamos en el hecho de que la única posibilidad de que la democracia
subsista en Perú en el corto plazo pasa por la #VacanciaASendero. Y no sólo la
democracia, sino también la golpeada economía familiar, que resiente la
disparada de los productos de primera necesidad y de los insumos y herramientas
para la producción del micro empresariado.
Vacar a Castillo de
la Presidencia de la República es la única ruta, seamos conscientes de que él
es el auténtico problema. Bellido, Maraví y cualquier otra pieza del sombrero
son en buena cuenta distractivos. Incluso el mismo Cerrón. El poder de Sendero
hoy reside en Palacio y de ahí debemos sacarlo.
El Congreso debe
despertar a esta realidad y apresurarse a tomar la iniciativa y responder a
cualquier agresión venidera en los siguientes días y destituir a Castillo. Caso
contrario ellos serán forzados a una disolución, lo que vendría sucedida con
una convocatoria a Asamblea Constituyente por decreto.
La ciudadanía debe
defender al Legislativo de los ataques que vengan y sobre todo ejercer presión
sobre sus representantes de la orilla democrática para actuar en consecuencia
con el escenario de casi punto de no retorno. No hay vuelta atrás, es vacancia o
disolución, más temprano que tarde.
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