Hace unos días sucedieron dos hechos de sangre que incrementaron las
estadísticas de violencia y criminalidad en Barranca. Delincuentes irrumpieron
en un salón de belleza y dispararon como locos dejando varias personas heridas.
Luego de unas horas sicarios asesinaron a
dos primos en un posible ajuste de cuentas
Lo acontecido, nos dice que el espiral de inseguridad ciudadana no se ha
detenido; que estaba latente en el corazón mismo de la ciudad y que no se puede
tener una actitud pasiva y permisiva. La responsabilidad policial, tiene una
misión que lo obliga y que no puede soslayar, de lo contrario las estadísticas
nos dirán que algo no se viene haciendo bien.
No pretendemos decir que la Policía Nacional no hace nada. Sería injusto
decirlo; pero, se requiere intensificar mucho más, concordando no solo el
control policial, sino también la labor de otras autoridades locales y regionales, para que hagan lo suyo y
devolver a Barranca, la paz y tranquilidad que reclama.
Una de estas instituciones es la Municipalidad y la otra el Gobierno
Regional, y lamentablemente poco o nada se avanzó en los últimos 2 años. Está
demás decir que tanto la labor del Ministerio Público como la del Poder
Judicial, complementan también una acción para otorgar seguridad a la
población.
Y es que nosotros como cualquiera persona de nuestro país e incluso del
mundo, debemos tener las condiciones para vivir en paz. La violencia, el
asesinato, el robo, son actos perjudiciales para lograr un clima de convivencia
pacífica.
En aras de esa convivencia pacífica que reclama y tiene derecho la
población se debe actuar pronto, para evitar que mucha más gente inocente que
diariamente sale a trabajar, regrese con la misma alegría o preocupación que lo
llevó a salir de su vivienda. No podemos admitir, que alguien salga en salud y
con vida; y después por manos de unos desadaptados tenga que llorarse su
muerte.
Creemos, que la Policía Nacional y las autoridades harán lo que tienen que hacer, para detener esta ola violentista.
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