La estrategia de
convertir a personajes públicos en víctimas de linchamientos, campañas
orquestadas por la oposición e, incluso, de las iras irracionales de ciudadanos
de a pie, solo funciona cuando las denuncias son inconsistentes y muy débiles.
Asimismo el uso de
la Estrategia de Victimización en las campañas políticas es cada vez más
refinada y usada para ganar en los procesos electorales, pero también casi
nunca funciona.
Por lo tanto, el
comunicado del casi desaparecido movimiento LA FAMILIA, constituye solo un saludo sin efecto alguno ante la población, que estupefacta observa los múltiples
aprovechamientos de los funcionarios de esta agrupación, dentro del gobierno
regional.
Lo que constituyó
en una segunda oportunidad para Nelson Chui, luego del desastre de su primera
gestión, se ha convertido en la peor desilusión por las continuas denuncias
documentadas de presunta corrupción, direccionamiento, nepotismo, malversación,
etc. De su actual gobierno.
Chui ha defraudado
al pueblo, y a pesar del esfuerzo de casi 2 millones de soles anuales, para
solventar a la prensa basura, esto no puede ocultar la desazón, rechazo y
repudio a su labor.
Finalmente, sus
ansias de poder y explosión mediática que busca condecoraciones y premios por
logros inexistentes, le genera mucho más rechazo, sumado a su negativa a
combatir la corrupción en el gobierno regional, en la que los sectores educación
y salud son una isla de espectáculos de sinvergüencería al más alto nivel, conchabándose
con los funcionarios denunciados.
LA FAMILIA, va
camino a desaparecer, y si no lo creen, esperemos las próximas elecciones
municipales y regionales. Chui no sirve en estos momentos ni como aliado ni como
apoyo político o electoral, porque el rechazo ciudadano a su gestión supera fácilmente
el 85 %.
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