Mermeleros,
chupamedias, sobones y aduletes, han existido y existirán siempre. El mermelero
es un adulón por antonomasia, tiene que serlo para ganarse el pan, para poder
comer. El chupamedia generalmente es un vago, no sabe ganarse la vida más que
adulando.
No cualquiera puede
serlo, para esto se requiere la ausencia de escrúpulos para estar siempre
pegado como sanguijuela a quien verdaderamente representa lo que él nunca podrá
ser, y limitarse a recoger del piso las sobras del cleptócrata (gobernante
ladrón).
“Mermelero-chupamedia”
es el calificativo a periodistas o comunicadores que se dedican a defender a
indefendibles a cambio de dinero. Todos son tipos sin luces, pero hábiles y
oportunistas para ponerse al servicio del corrupto. Son especialistas para atacar
con lodo, fango o estiércol a quiénes critican al amo.
Cumplen ese triste
trabajo para sembrar confusión y prestarse al engaño y a la manipulación del
pueblo. Con sus bravuconadas, insultos y frases hirientes contra los que tocan
al amo, cumplen ese repugnante papel, pero pronto son descubiertos, y son
vistos con desprecio, al igual que sus amos.
Por último dejo
este post: Los chupamedias, son chupamedias. Y siempre lo serán.
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