El gobierno de PPK
aún no está en funciones, y la oposición ya lo ha acusado de lobbista o
proempresarial, y hasta de inoperante.
Al no tener al
congreso de su lado, la situación del nuevo gobierno pende de un hilo, o al
menos eso nos quieren hacer creer los fujimoristas, pero la verdadera fuerza de
PPK está en la calle con un 56 % que hoy confía en él.
Para conservar es
fuerza que lo apoya, PPK tiene que devolver la seguridad y tranquilidad a la
ciudadanía, y sobre todo cumplir con lo ofrecido, principalmente que nuestro
país no se convierta en un narco estado, y una guarida de impunidad para la
corrupción.
La situación
alarmante que se ha establecido en el Perú por la criminalidad y consigo la
corrupción estructural e institucional tiene también un aliado en el rezago en
el que se encuentran las regiones, lo cual a su vez es efecto del sistema
centralista de gobierno.
Los problema del
Perú son álgidos, y lo primero que tiene que hacer PPK es combatir a la
corrupción. Rodearse de gobernadores regionales corruptos e inmersos en sendas
denuncias por lavados de activos y enriquecimiento ilícito, no es una buena
señal.
El no tener
representación importante en el Congreso tampoco ayuda, por el chantaje visible
y descarado de los fujimoristas. Pero aún no comienza la función, falta aún el
desenlace en los próximos meses. Esperemos que el gobierno de PPK tenga éxito.
Al menos es el deseo de todos los peruanos.
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