Para un ciudadano común y corriente ser un
consejero regional que represente a su provincia, debería ser motivo de orgullo.
Que una población mayoritaria los haya elegido es otra condecoración popular.
Lamentablemente no siempre los mejores o los más idóneos
ganan una elección. Y eso es lo que realmente está ocurriendo en la región Lima,
en las que los consejeros regionales se han convertido en las vedettes
obligadas de cuestionamientos o sospechosas complicidades que deberían ser
motivo de nuestra preocupación.
En la gestión regional pasada, fuimos testigos de
cómo consejeros regionales usaban sus cargos para conseguir prebendas personales,
presionando a funcionarios o autoridades, con amenazas de investigaciones y
denuncias. Esta practica común en algunas regiones, se institucionalizo en la gestión
pasada. Los consejeros regionales jamás investigaron ni denunciaron nada. Pero ese
silencio cómplice tuvo un motivo muy poderoso, el dinero o el poder. Salvo honrosas
excepciones, la mayoría de consejeros regionales fueron UNA VERGÜENZA y solo
conformaron comisiones investigadoras para presuntamente extorsionar a
funcionarios. De allí que algunos consejeros regionales se lucieron de la noche
a la mañana con camionetas 4 x 4 0 km o fueron favorecidos en la ejecución de
obras, que terminaron aumentando el valor de sus propiedades.
En la presente gestión regional, algunos de los consejeros
han repetido el plato, por lo tanto han heredado conocimiento en el cargo y
seguramente las mañas del mismo. Así Beatriz Eugenia Castillo Ochoa y Eduardo
Ulises Rodríguez Lázaro han sido reelegidos, mientras que Marcial Alcibiades Palomino Garcia Milla, Rosa
Liliana Torres Castillo, Oswaldo Merino Espinal, Olmer Luis Torres Albornoz, Anselmo
Eleuterio Ventocilla Villarreal, Julissa Marcelina Rivas Berrocal, Hugo Fredy
González Carhuavil, llegan por primera y de repente por última vez a este
importante cargo.
Su labor hasta el momento ha sido tan deficiente,
que si a estos consejeros regionales les dan a cuidar una tortuga, estamos
seguros que termina por escapársela.
A cada denuncia pública, han conformado sendas
comisiones investigadoras. Lógicamente con consejeros regionales a la medida. Estos consejeros regionales están
signados por el escándalo. Dos de ellos están en problemas judiciales y todos
han sido denunciados penalmente en las últimas semanas, por ciudadanos que están
cansados de su mediocridad galopante. Han nombrado decenas de comisiones
investigadoras, pero curiosamente hasta el día de hoy, NO EXISTE un informe
final, así tenemos.
Comisión investigadora de la compra de las laptops….después
del gran show y despliegue…no dicen nada.
Comisión investigadora de la obra de Cancaya….se
malgastaron los recursos del estado en movilizarlos hasta allá y solo fueron a la foto, al final terminaron siendo
relacionistas públicos de la empresa española y hoy visitan la DRAL, pidiendo
la continuidad de la Obra de Cancaya.. ¿?..Resultados…… CERO
Comisión investigadora de la Ugel de Oyón……. allí
un administrador falsificó su título profesional y toda una mafia se ha robado
200 mil soles, en obras de techados de aulas de colegios fantasmas, y en
compras ficticias….resultados… CERO.
Comisión investigadora de la Ugel de Canta y
Barranca… de igual forma, jamás encontraron NADA, a pesar de las evidencias.
Comisión investigadora del Hospital de Huaral… Nada.
El sueldo que reciben estos consejeros, no es nada
despreciable y no se justifica el dinero que perciben mensualmente.
Lo evidente es que No existe interés en combatir la
corrupción existente en los Sectores de Educación, Salud, Agricultura, Transportes
y Comunicaciones, etc, comprometiéndose a realizar un buen trabajo apoyando en
este tema al Presidente Regional. De otro lado, ¿les parece correcto que se
ponga como Directores de ugeles, a alcaldes que han fracasado en sus provincias
o distritos, o aquellos personajes que tengan procesos pendientes con la
justicia por estar inmersos en actos de corrupción?.
Nos gustaría tener Consejeros Regionales, más
comprometidos con el pueblo y la justicia, para no repetir experiencias tan desagradables
como en las gestiones regionales pasadas.
Por último, nos parece muy sospechoso, que ningún consejero
regional se haya interesado por la camioneta de la Dral, que apareció totalmente
destrozada en un taller mecánico de Huacho.
¿Conflicto
de intereses?...regresamos con la II Parte.
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