La justicia penal se usa como arma política cuando se desnaturaliza el normal desenvolvimiento de este sistema para atacar, arremeter y neutralizar a un adversario político, en particular cuando resulta un perturbador o un personaje incómodo para determinados intereses que están en juego.
Se ataca al
contrincante o a quienes no están de acuerdo con decisiones o ideas previamente
convenidas, mellando su imagen, desprestigiando o indisponiendo a una persona
ante la opinión pública a través de una denuncia, una investigación o proceso
judicial en su contra, utilizando indiscriminadamente, aunque de manera
racional y meditada, las propias herramientas legales que son inherentes al
sistema de justicia y por ende a la democracia.
Las difamaciones
públicas, denuncias categóricas, aseveraciones encubiertas, injurias
maquilladas y acusaciones formales y categóricas sin mayores bases, son algunos
de los medios legales utilizados que en la práctica pasan a convertirse en un
método eficaz para vilipendiar, intimidar y deshonrar la trayectoria personal,
partidaria, profesional o política de un antagonista o de un opositor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.