Dice Platón que la
cabeza es una jaula, los recuerdos son los pájaros. Por lo tanto, crear un
recuerdo es meter un pájaro en la jaula y recordar es sacar uno de ellos. Los
peruanos parecemos desmemoriados o quizás nos burlamos de nuestro civismo, por
qué damos la percepción de haber aplastado la memoria histórica, desde el
cinismo político al terrorismo mediático de los que están en el poder y los que
bajo la sombra la acechan con el cuento de la lucha contra la corrupción.
Pareciera que hay
una incapacidad colectiva para condenar e indignarnos frente a todas las
infamias de promesas electorales ahogadas en los tinteros y el papel mojado,
donde flota solo la corrupción, en la
que todos son uno y ahora esos uno, quieren ser todos.
Esta es la historia
del desastre político denominado “Patria Joven”, una agrupación política que
termino en arañones y en sacarse los ojos mutuamente, por los que están aun en
el poder y los que desde afuera con cuchillos en la boca, cual Rambos de pueblo
joven, esperan impaciente la caída del
rey Toro.
Ni uno ni otro
sirve, porque provienen del mismo foso, de la mentira, del engaño vil, del
aprovechamiento político y económico, del acomodo, de la afrenta vil y el
escarnio publico de sus miserias. El que diga lo contrario, se engaña a si
mismo, pues frente al pueblo no pueden disfrazarse de puritanos y buenas gentes,
sin ser desenmascarados.
Nosotros en
aquellos tiempos empujados como bestias al circo electoral, no reflexionamos ni
cuestionamos el embuste de la encuestocracia y el terrorismo de la prensa mermelera
que democratizo todo el sarcasmo, la ironía y la canallada de la “clase
política”, de “Patria Joven”, terminando equivocadamente en elegirlos. Craso error.
CINISMO POLÍTICO E HIPOCRESÍA RAMPLONA
Entiéndase que el
cinismo político, lo repite incansablemente hasta que logra que muchos de
nosotros asumamos una simplista valoración posmaterialista de la democracia
engendrada en la tradición corrompida del Estado, ̶ “Que
roben pero que hagan obras” y otros desvaríos
alucinantes de esta “clase política” que se arranchan el poder, representados
por Javier Alvarado y Lita Román.
Ya estamos hartos
del sarcasmo de estos malos políticos que han subordinado su accionar político
a la corrupción y el poder económico, todos observamos indignados el
clientelismo barato del poder, el nepotismo, el tráfico de influencias, el
amiguismo, el de ganar conchudamente miles de soles sin trabajar, del escándalo del lavado de activos, de la falsedad del crecimiento económico, del caos en salud y educación,
la complicidad, la corrupción CERO, las
falsas caretas de luchadores anti corrupción y la tergiversación de la realidad por parte
de los medios de desinformación, solventados por uno y otro lado.
Acaso los que
vivimos en la región Lima, vamos a
seguir permitiendo que se nos etiquete como débiles, que nos digan que
carecemos de autoestima y que somos cobardes para buscar el cambio. Somos
testigos del cinismo ramplón con el cual actúan los que están en el poder tanto
desde el gobierno regional, como desde
la aparente oposición de los impresentables politiqueros mercachifles liderados
por doña Lita Román, con ansias de poder, a la espera de la caída de Javier
Alvarado.
Frente a esto es impostergable decir ¡Basta! de tanta hipocresía, de
desvergüenza, de desfachatez, descaro, de impudicia, armas corrosivas que
destruyen a nuestra región.
E intentado ser
ecuánime en mi critica, no pretendo generar desafección, ni escepticismo ni
abandono a lo político, si escribo de manera directa y clara, es porque esta y
otras gestiones no han podido borrar mis recuerdos de tragedia y dolor de mas
del 40% de compatriotas vecinos de la región Lima, que malviven excluidos y marginados, no pudo
silenciar lo que pienso y lo que busco sea corregido.
Ni Javier Alvarado
fue la solución, ni Lita Román lo será. Son caimanes del mismo foso, como decía
Hugo Chávez Frías Q.E.P.D.
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