Las tan
promocionadas competencias automovilísticas, según sus organizadores difunden
el turismo, al promocionar tras el paso de los bólidos por esos pueblos, la
riqueza paisajística y gastronómica. ¿Pero cómo es eso?
Si observamos que
estas competencias se farundalizan y solo sirven para tomarse fotos con
artistas de “combate” y otros programas similares, y solo favorecen la repartición
de mermelada en un enjambre de radioloros y plumíferos, ¿Cómo es que los
pueblos se favorecen?
Los que se favorecen
son las autoridades incapaces quienes en vez estar ejecutando obras y
distribuir correctamente nuestro presupuesto, la usan como vitrina de “promoción personal”, o
para ambiciosos empresarios ávidos de incrementar su billetera. ¿Y el pueblo?
Y SI HABLAMOS SOLO
DEL ULTIMO RALLY….¿En qué momento se ha difundido siquiera algo de Huataya, Huaynangui,
Cuchuchín, Aracoto, Yauringa, Yunguy, Ihuarí, Huaycho,Humaya, Vilcahuaura, Quinquena,
Ñaupay, Platanal, Vista Alegre, Sayán, y Acaray?
Aquí todo se hace,
o se deja de hacer, dizque en nombre del pueblo: Los políticos practican el
clientelismo, en nombre del pueblo; los congresistas echan barriga, duermen y en
nombre del pueblo; los corruptos funcionarios se reparten las licitaciones, en
nombre del pueblo; los mermeleros cobran miles de soles por alabar a estos
corruptos, en nombre del pueblo; alcaldes y gobernadores utilizan los medios de
comunicación para el autobombo, en nombre del pueblo…
El blindaje contra
las críticas queda garantizado con la
falacia de que quien exprese su desacuerdo, está caminando en contra del pueblo
o, lo que es peor, está atentando contra su gestión, cuando en realidad “atenta”
contra sus sucios y mal olientes intereses.
Y todo, en nombre
del pueblo; mientras engordan sus billeteras, y dan de comer a tanto vago
mermelero. ¿Y el verdadero pueblo?
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