Después del
demencial ataque contra nuestro medio de comunicación, en la que no falto pólvora
y dinamita como dice la letra de “la Flor de la retama”, cuyo autor es el inefable
Ricardo Dolorier, era necesario fundamentar el peligro que representa ser el mensajero de la información.
Y aunque con este
ataque ya son 5 veces las que atentan contra la vida de nuestro Director, es imprescindible marcar distancia de quienes
ejercen esta profesión como una especie de sicariato informativo.
Los últimos ataques
mediáticos contra algunas autoridades no son gratuitos, y aunque esa vocecitas que aúllan, son como la de un gatito herido, es importante identificar de donde
sale la millonaria inversión para esa mediatez, así como quien financia ataques
contra la vida, de quienes se enfrentan a la corrupción.
No se les cuestiona
por los supuestos actos de función, sino que estos se direccionan a su vida
personal, a sus empresas o desatinadas declaraciones. La información lógicamente
va acompañada de descalificativos y adjetivos impublicables.
Normalmente se
piensa que el derecho a la información de los ciudadanos es afectado cuando en
una sociedad los periodistas son perseguidos y los medios de comunicación son
confiscados. Sin embargo, en la región Lima
existen maneras menos dramáticas, pero muy efectivas para impedir que los
ciudadanos conozcan cualquier información que incomode a quienes están en el
poder.
La primera forma es
la corrupción, que puede producirse de forma directa, y que es a través del asfixiante
avisaje o el pago de publircherrys, que no son otra cosa que mermelada pura.
La corrupción, sin
embargo, no solamente nace de quienes están en el poder: también existen
también periodistas sin escrúpulos que solicitan a las autoridades una especie
de “cupo mensual” para no atacarlos… y por un monto mayor se ofrecen a atacar a
sus adversarios.
En este caso las reiteradas
victimas son Elard Melgar, Marcial Palomino, Santiago Cano, y hasta el propio
Javier Alvarado. Por eso no es tan difícil darnos cuenta del sicariato de la información,
pues antes de…… No existía ningún cuestionamiento, contra ellos. ¿Casualidad o
coincidencia?, porque raro no es.
La segunda forma de
atentar contra el derecho a la información es manipulando la libertad de
expresión para caer en la difamación. Es común que autoridades financien a una
serie de lumpenescos medios informativos para que estos a su vez viertan
infundios contra cualquiera opositor del amo de turno.
Como ingrediente principal encontramos que estos se presentan como paladines de la justicia o seres tan perfectos, que no merecen cuestionamiento alguno, ellos son los líderes indiscutibles del campeonato regional de rasgarse las vestiduras. Jesús los llamaba Fariseos.
Como ingrediente principal encontramos que estos se presentan como paladines de la justicia o seres tan perfectos, que no merecen cuestionamiento alguno, ellos son los líderes indiscutibles del campeonato regional de rasgarse las vestiduras. Jesús los llamaba Fariseos.
Pese a que todas
estas prácticas difamatorias son públicas, los procedimientos legales para
enfrentarlos son lentos e inciertos. Y, como dice un vecino mio, una calumnia
pesa más que mil rectificaciones.
Una estrategia
mucho más común, es la desinformación intencional. Otro mecanismo
de desinformación son las cortinas de humo. Y ya encontramos a varios
mercachifles de la noticia campeones, con los bolsillos bien llenos, hablando
siempre de honestidad y pobreza.
¿Por qué se callan ante los robos de los alcaldes de su
zona?, porque sencillamente perciben montos millonarios por parte de estos
corruptos personajes. Si a su sangre fría por ejercer esta vil profesión, le
sumamos su incapacidad y analfabetismo en el tratamiento de la información,
estamos frente a un potencial mono con metralleta, que ladra como perro de chacra.
Finalmente, cuando
un medio resiste las presiones políticas o económicas, queda la sexta táctica,
ejercida desde hace muchos años que es la del asesinato al mensajero. Allí ya
no se contrata a mercenarios de la información para difamarte, pues fracasaron con sus mentiras, sino a
asesinos a sueldos que por unas cuantas monedas destruyen tus casas o te meten
unos cuantos balazos, total muerto el mensajero se acabó el mensaje.
Frente a estos mecanismos
de desinformación, cada vez más ciudadanos se apartan de los medios de
comunicación tradicionales, totalmente asqueados por el mercenarismo existente,
y en la que también participan, increíblemente, autoridades electas.
La credibilidad de
aquellos que envilecen esta profesión esta por los intransitables pasos de la infra
humanidad. No les creen que ni sus mujeres, claro, si las tienen.
Por ultimo solo nos
queda agradecer a los políticos, autoridades, vecinos y colegas del periodismo
que se solidarizaron con este grave atentado, contra el local de nuestro
humilde medio de comunicación, que nos ha obligado a pasar a la clandestinidad
por la inseguridad que existe, NO contra
“El Cazador” (al cual podrán odiar o envidiar), sino contra la más grande
libertad universal, que es la libertad de expresión, Libertad de la cuál también
gozan los mercenarios de la prensa basura. ¿Ironías de la vida?. No hay duda.
Mientras tanto seguirán
alquilándose al mejor postor o cuestionando por quítame esta paja, a los que incomodan
a sus patrones. Lo repudiable de estos personajes, es que se bañan diariamente
de incorruptibles, cuando tienen una larga cola que arrastran y que creen que
el pueblo no los conoce.
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