Es patético verlos llorar
sobre la leche derramada, en este caso sobre la sangre de tantos hombres,
mujeres y niños, victimas inocentes de la irresponsabilidad de las empresas de
transportes y de conductores negligentes, cuando tienen una alta responsabilidad
que ni siquiera han asumido.
El último accidente
ocurrido en la ruta Quinocay (Yauyos) y Mala (Cañete), descubrió que el tan
afanoso pregón de estar en primer lugar de la actual gestión regional solo es
un burla y una cachetada a la inteligencia.
El ómnibus causante
de la tragedia no tenia autorización de la Dirección regional de Transporte y
comunicaciones del gobierno regional de Lima. En efecto y aunque usted no
locrea.
El vehículo que
causo la muerte de 22 pasajeros, circulaba sin que ningún inspector de esta dirección
regional haya inspeccionado o sin que esta entidad aplique un plan de seguridad
vial, en beneficio de la salud de los viajeros.
Aunque para
direccionar compras y servicios si son muy buenos, la Dirección regional de
Transporte no sirve para nada. De que vale que se ufanen de estar en primer
lugar si las carreteras son angostas y sin afirmar siquiera, de que sirve pregonar
“un éxito artificial” logrado con la falsificación de contratos y obras que aun
no se ejecutan (debería de intervenir Contraloría), si los pasajeros de estas
empresas asesinas siguen muriendo.
De nada vale ni
minutos de silencio ni de publicidad mentirosas, como cuando dicen que los
pasajeros fueron auxiliados en las mini ambulancias del gobierno regional, sin no
existe un plan de circulación terrestre interprovincial.
Lógicamente la Dirección
Regional de Trasporte es una entidad muy veloz para dar autorizaciones de
funcionamiento de empresas o disque terminales terrestres, pero para resguardar
la vida de los pasajeros no hacen nada.
Mediante un comunicado
de la SUTRAN, se ha conocido que el ómnibus siniestrado que causo la muerte de
22 personas, no tenia Certificado de Inspección Técnica Vehicular (CITV) y
menos la autorización para cubrir la ruta por donde brindaba el servicio de
transporte, que por ironías de la vida, está ubicada en territorio de la región
Lima, allí en donde Alvarado debería de preocuparse de las vías, señalizaciones
y por supuesto de nombrar a un Director que conozco aunque sea lo elemental en
Transporte y no a una neófita , irresponsable e inútil Directora regional.
El GORE, no se preocupa
en realizar una obra de impacto como el
afirmado o asfaltado o ensanchamiento de la vía en mención, de inspeccionar los
vehículos asesinos que transportan pasajeros, pero sin embargo si hay dinero,
para pagar a decenas de mermeleros que pregonan y aúllan de logros, que solo
existen en el papel.
El fiscal de Mala, Santiago
Yaringaño Castillo, constato que dicho ómnibus no tenia Certificado de
Inspección Técnica Vehicular (CITV) y menos la autorización para cubrir la ruta
(No existen en los registros del Ministerio de Transportes y Comunicaciones ),
sin embargo vale la pena preguntarse: ¿Dónde estaba la directora regional de Transporte
y sus inútiles inspectores que cobran altos sueldos mensuales?. Irónicamente se
pusieron de pie, antes de ser “premiados mutuamente” para “un minuto de
silencio”, en la reunión de funcionarios del gobierno regional.
La norma señala que
los vehículos deben circular con CITV vigente, debiendo ser verificado por la
Policía de Tránsito y/o de Carreteras al momento de circular, (Reglamento
Nacional de Tránsito-DS N° 016-2009-MTC, que obliga a que los ómnibus interprovinciales
cuenten con CITV y SOAT vigentes.). Estos también se habrían echo de la vista
gorda.
El gobierno
regional jamás sancionó, a esta empresa que realizaba dicha actividad sin
contar con la autorización correspondiente. Y eso que está en el PRIMER LUGAR……..en
el papel, por supuesto.
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