Desde tiempos
inmemorables siempre nos han enseñado a todos los que nos apasiona la política,
que la política es el arte de servir, de
hacer el bien, de buscar el interés general por encima de los bajos y protervos
intereses particulares.
¿Entonces?, que nos
está pasando actualmente, en qué momento se tergiversaron los conceptos nobles
y altruistas de la política, pues hoy en día, parece ser que los máximos
dirigentes de la política, hubiesen recibido una educación diferente, en donde
se les inculco principios diametralmente opuestos a la concepción natural de la
política, en donde para ellos, la política no es más que el arte de mentir, el
arte de manipular a los demás y el arte de servirse a sí mismo.
También se dice que
a política es el arte de servir al pueblo y no de servirse del pueblo, pero que
sucede cuando ese ideal se tergiversa o se usa para posesionarse
electoralmente, ponerse en vitrina, llamar la atención, figuretear o
simplemente favorecer a sus amigos, obteniendo para sí sueldos y/o cargos
inmerecidos.
Efectivamente Jacob
Velásquez Bocangel fue Gerente de Titulación y desarrollo Humano de la
Municipalidad Provincial de Huarochirí – Matucana, durante los años que Rosa Vásquez,
para desgracia de los huarochiranos fue alcaldesa. Su labor fue tan
mala en esa entidad, como la de la ex alcaldesa y por eso en las últimas
elecciones, Rosa Vásquez fue vapuleada en las urnas.
¿Fue Rosa Vásquez
quien recomendó a este ingeniero para que sea el nuevo Director Regional de
vivienda y Construcción?. Todo hace indicar que sí, pues este sujeto seria uno
de sus hombres de confianza. Según nuestras fuentes no sería el único personaje
del entorno de “la cholita” trabajando en puestos claves dentro del Gobierno
regional de Lima.
Rosa Vásquez resultó muy hábil, pues con el cuento del apoyo político y de ciertos compromisos
con Chui, se hace suya una Dirección Regional, acomoda laboralmente a su
entorno y sobre todo y de yapa logra una chambita de “asesora presidencial” que
le permite figurar en las 9 provincias y no pasar al olvido, con un “pequeño
sueldo” de 5 mil soles mensuales. Campaña dicen. Campaña hablan. Regresamos.
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