Nos llamaron los
mismos pacientes y asistimos para confirmar lo negado por los que administran
este hospital. Pudimos observar desde la madrugada largas colas de pacientes
que con suerte algunos logran ser atendidos.
Este hospital
languidece en un coma profundo, y sin visos de solución ante la ceguera de las autoridades
regionales quienes insisten con el médico Miguel Changa, quien ha fracasado en
todos los idiomas.
No hay médicos especialistas
y muchos enfermos se quedan sin atención, no hay medicinas ni equipos médicos. Los
pacientes tienen que ser subidos en camillas al segundo piso para ser atendidos,
porque el ascensor sigue malogrado.
No hay control en
la asistencia de los médicos, quienes solo atienden pocos pacientes pues la mayoría
llega tarde a trabajar, prefiriéndose atender en sus consultorios privados.
Estos médicos envían
a los pacientes a las clínicas privadas para sus análisis clínicos, convirtiéndose
el servicio de salud en un gran negocio. Las mismas coordinadoras de los
diversos programas asistenciales están a
punto de renunciar, pues la gestión actual ha llevado al borde la muerte a este
otrora buen hospital.
Las pruebas son
contundentes, la población rechaza la gestión del director Miguel Changa. El sindicato
de trabajadores también y solo es resistido por los médicos, debido a que
tienen las facilidades al no marcar tarjetas de asistencia y sobre todo tienen
la facultad de llegar tarde y trabajar en sus clínicas.
A este paso la
provincia de Barranca se quedara sin hospital de categoría. El director y sus
funcionarios limeños siguen mostrándose mediocres e incapaces. El hospital de
Barranca no supero la evaluación técnica, a la justa llegó al 5 %. Y se niegan
a cortar cabezas. ¿Por qué será?. Regresamos.
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