Ante la negativa de
Javier Alvarado para destituir a Gary Poemape y su séquito, la situación dentro
de la DIRESA se agudiza.
Con más de 10 días
de paralización y ante la orden del presidente regional de despedir a los
terceros y algunos CAS, los trabajadores más unidos que nunca han decidido no
solo continuar con la medida de fuerza, sino de radicalizarla pues la crisis en
la DIRESA, ingresó a cuidados intensivo.
El día de hoy los
trabajadores tuvieron que solicitar la intervención policial, para desalojar a
una decena de matones contratados por Gary Poemape, quienes querían agredir a
los trabajadores sin importar el género de los mismos. Y es que Javier Alvarado
se siente seguro de contar con el apoyo del gobierno central, Ministerio Público,
Poder Judicial y Contraloría para seguir haciendo de las suyas.
Con la alcahuetería
de los consejeros regionales, todos ellos arrodillados ante el rey Toro por una
migajas o por una candidatura electoral y con un ejército de mermelero despreciables
de la prensa basura, se siente a la vez confiado, sin saber que no hay mal que
dure cien años ni cuerpo que lo resista.
Ante este triste y
decadente panorama de desgobierno, la gestión de Javier Alvarado navega en un
mar de denuncias de corrupción y de intervención de sus familiares, solo comparado
con lo que pasa en los gobiernos regionales de Ancash, Tumbes, Callao, etc; esperando
un triste final que lo ponga tras la rejas, pues creemos que no hay crimen
perfecto.
Ahora los trabajadores
de la DIRESA están dando un gran ejemplo, resistiendo más de 10 días en una paralización
justa, que busca limpiar de cucarachas y otros microbios a la entidad de salud.
Regresamos.
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