Un grupo de
sicarios vinculados con la minería informal y la construcción civil domina el
distrito de Pativilca y extiende sus tentáculos por toda la provincia de Barranca.
Familiares de las víctimas, el ex alcalde de Pativilca Uldarico Castillo y el
actual alcalde de Barranca, Romel Ullilén, piden al gobierno central una
intervención policial urgente para pacificar la provincia.
En tierra de nadie
impera la ley del más fuerte. Y en el caso del distrito de Pativilca
–convertido según los testimonios recopilados en guarida de delincuentes de
todo el país– manda el que tiene más armas.
A tan solo 4 horas
de Lima, un distrito vive "secuestrado" por un sindicato de
construcción civil que, según denuncias recogidas por La República, apoya
revocatorias y elecciones distritales. Su negocio es la extorsión y el cobro de
cupos a las obras y a los mineros ilegales que proliferan en el distrito.
Los integrantes del
"Sindicato de Construcción Civil Pativilca-Buenos Aires Altos",
afiliado a la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP), son conocidos por
la Policía como "Los chicos malos de Pativilca". Pero a la luz de los
crímenes que presuntamente se les atribuyen, ese alias peca de naif.
Tras la publicación
por La República el 29 de abril de la plana mayor de este
"sindicato", dirigido por Wilson Aníbal Cruz Galarreta
("Wilson") y Juan Maximiliano García Pantoja ("El Machi"),
familiares de las víctimas y autoridades de Barranca han decidido hablar a
pesar del miedo. Denuncian una situación que emparenta a esta provincia de Lima
con zonas de El Salvador o Guatemala dominadas por pandillas dedicadas al
asesinato, la extorsión y el robo.
Sin embargo, hasta
el momento, y pese a las denuncias periodísticas, la Policía no interviene en
Pativilca. Por el contrario, según fuentes de Inteligencia, ha sido desactivado
por el momento el grupo de inteligencia policial que operaba en el norte chico.
EL NUEVO FILÓN
En el barrio de El
Porvenir-Buenos Aires, en Pativilca, nadie entra ni sale sin permiso del
"sindicato".
"En El
Porvenir reparten armas entre los jóvenes menores de edad y les enseñan a
disparar en la zona de caraqueño, a espaldas del cerro de El Porvenir",
relata a La República el hijo de una de las víctimas, que abandonó Pativilca
para no ser asesinado.
En lo alto del
cerro que domina la barriada, a modo de fortaleza vigilada con armas de largo
alcance, se levanta la casa de "Wilson", el jefe de "Los chicos
malos".
Lejos parece quedar
la época en la que los hoy "sindicalistas" cometían robos a mano
armada por los que purgaron prisión. Tras salir de Tarquín, comenzaron a cobrar
"cupos" por seguridad a los mineros informales de oro que proliferan en
Pativilca, para después pasar a manejar directamente la explotación de oro.
Precisamente en
2013 testigos acusaron a "Wilson" y a "El Machi" de
secuestrar y asesinar al empresario ferretero y de la construcción Richard
Félix Flores y dos de sus guardaespaldas. Atraído por la fiebre del oro, Flores
invadió un denuncio ilegal para extraer oro y le costó la vida.
Desde 2011, este
grupo decidió diversificar su negocio y tentar la construcción civil,
inscribiendo un sindicato (Expediente 12-2010-RS-MTPE/1/22) afiliado a la
Confederación de Trabajadores del Perú (CTP). Entonces, comenzó una serie de
hechos sangrientos y que los familiares de las víctimas culpan de ello al
"sindicato".
Los primeros
asesinados fueron las cabezas del sindicato de Pativilca afiliado a la
Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP). El 11 de febrero del
2013 Alexander Pérez Moreno, secretario de Defensa, recibió 12 balazos cuando
salía de jugar fulbito en un atentado en el que dos personas más quedaron
heridas por balas perdidas. Milagrosamente sobrevivió y hoy está con paradero
desconocido.
El 23 de junio fue
asesinado Manuel Moreno Caro, secretario general, y el 29 de setiembre Iker
Luis León Casanova. León Casanova fue asesinado a la 1 de la tarde a 2 cuadras
de la comisaría en el día del aniversario de Pativilca. Sin embargo, el informe
fiscal del caso decretó su archivamiento el 17 de diciembre por falta de
testigos.
Paralelamente, tal
y como informó La República en el informe del 29 de abril, eran asesinados en
2013 los 3 miembros de la directiva del sindicato de construcción civil de la
CGTP Paramonga y el secretario general del sindicato de Barranca, Jesús Aníbal Ruiz Díaz.
El último integrante
de construcción civil asesinado fue Diego Carrasco Huamán (24), en Barranca, en
la puerta del centro comercial Megaplaza. Su muerte, según fuentes de El
Porvenir, fue un ajuste de cuentas convertido en "una prueba de
valor" para entrar en el "sindicato". Hoy el sindicato de Wilson controla las obras
de toda la provincia. Su plana mayor cuenta con licencia para portar armas
otorgada por la Discamec.
Sin embargo, hasta el momento, y pese a las denuncias
periodísticas, la Policía no interviene en Pativilca. Por el contrario, según fuentes de
Inteligencia, ha sido desactivado por el momento el grupo de inteligencia
policial que operaba en el norte chico. Por http://www.larepublica.pe
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