La situación de la Contraloría
General de la República está en entredicho. Los escándalos en diversos
gobiernos regionales y municipales ha hecho que la percepción de la ciudadanía
sobre su accionar sea cuestionado.
Las acciones de prevención
y control han fallado en los últimos años, y la corrupción se ha generalizado
como una plaga incontenible. Si a esto
le sumamos la actuación sospechosa del Ministerio Público y del propio Poder
Judicial, se tiene la sensación que la justicia no existe en el Perú.
La Contraloría,
según la Constitución, debe evaluar el uso de los recursos de todos los
peruanos y ese mandato parece que se olvidaron. La auditoría es selectiva,
aleatoria, y se basa en una planificación de riesgos. Pero también agreguemos
que las denuncias llegan a la Fiscalía y allí siempre se archivan.
El primer filtro de
control en un gobierno regional deben ser los consejeros regionales, sin
embargo eso no funciona, pues casi todo están al servicio de Javier Alvarado. Pruebas
a montones hemos presentado.
El MEF
colocaba al gobierno de Lima en el primer lugar del gasto público eficiente
Pero, ¿Y dónde está
la calidad del gasto? ¿Dónde están la eficiencia, la economía? el MEF no utiliza
su capacidad para ser el órgano rector de la tesorería del Estado. Allí está la
falla. Hay un concepto que se menciona mucho: “la corrupción no deja factura”. Y
tiene mucha razón.
Lo acaecido el día
de hoy con la suspensión de la audiencia pública, y en presencia del fiscal de
la nación, Vice Contralor y hasta congresista, es prueba que la Contraloría
jamás hizo su trabajo en la región Lima. Nadie tiene derecho a patear a la
justicia como lo hace Javier Alvarado cuando le da la gana. Rehúye a los
juicios, ataca a la prensa, difama a sus adversarios, huye de las audiencias,
etc.
Se muere
de miedo
Después de hoy
nadie puede dudar del miedo que tiene Alvarado. El temor supino, el terror que corre
por sus venas. Su mirada y risa nerviosa lo delata. Tiene que pedir ayuda a la
mancha, a sus adulones, a su manada, sino explotaría.
El que no la debe
no la teme y Alvarado no solo teme, sino
la debe. Refugiarse todos los días escuchando a locutores sobones alabándolo no
calma su nerviosismo. Él sabe que su candidato Andrés Tello no ganará las
elecciones regionales, por eso ante un escenario en la que no ganen ninguno de
sus topos, su final será estrepitoso. Por eso no creo que duerma.
La turba nunca va sola, es provocada y dirigida. En eso son expertos los delincuentes o los que no tienen razón.
La turba nunca va sola, es provocada y dirigida. En eso son expertos los delincuentes o los que no tienen razón.
Hay mucho que
hacer, al margen de todo es válido reconocer la valentía de miles de huachanos
que le perdieron el miedo el día de hoy. Se dieron cuenta que solo es un “pituquito”
cachaciento y sin valor. El final político de Patria Joven está cerca, pero el
final de Javier Alvarado está más cerca aun. Sin ser chamanes lo profetizamos. Regresamos.
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