22 días de paralización
cumplió la Dirección Regional de Salud. Con trabajadores enardecidos con una plataforma
de reclamos insatisfechos; un director regional Gary Poemape en una crisis de nervios, pero aferrándose con uñas y
dientes al cargo y un presidente regional Javier Alvarado impávido, insensible
y ordenando el fin del destaque de profesionales y técnicos y el despido de personal
CAS y terceros. Lo que calla la prensa
mercenaria, usted lo sabe aquí.
El nivel de
descontento popular ha llegado al límite y aunque la prensa mercenaria se
esfuerza en maquillar y callar la corrupción, la situación política es insostenible.
Con un equipo de
auditores de la Contraloría General de la República dentro de la entidad,
auscultando el nivel de corrupción que hay en ella, y que obviamente no podrían
maquillar salvo que esto se convierta en un gran escándalo nacional; con
denuncias de corrupción y participación de familiares del propio presidente
regional dentro de ella y un desgobierno en la que cada director de entidades adscritas al GORE, las han convertido en islas de corrupción, desgobierno e interés
personal, nada parece ya remediar el caos y la anarquía.
Los trabajadores de
la DIRESA, están dándole una gran lección a la gestión de Alvarado, ninguneada,
vilipendiada y ensuciada al máximo, no han podido doblegar su moral y la unidad
que los caracteriza.
La huelga continua, aunque la prensa miserable huele fundillo y
mermelera, se esfuerza en negar lo evidente. La gestión de Javier Alvarado es
un caos. Regresamos.
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