Ricardo Dolorier es un títere en la Drelp, pero parece que los que están
detrás de él, tuvieron un ápice de cordura al interpretar la Ley y dejar en
evidencia la ineptitud de la directora de la Ugel de Barranca Enith Diaz.
Acostumbrados a los faenones en la Drelp y en las 9
ugeles, las resoluciones directorales N° 1949 y 1950, firmadas por Dolorier
parecen un sueño.
Y es que ante las evidencias no le quedó otra al “asesor de asesores
legales” Daniel Córdova, un ineficiente sujeto que se Lucina dueño de las 9
uegeles y la propia Drelp, que aconsejar al vetusto Dolorier, que por esta vez
la razón debía imponerse a la manipulación, que nos tienen acostumbrados.
Pero no vayan a pensar que lo hicieron por buenas gentes, sino que no
les quedaba otro camino, antes que ser enjuiciados penalmente, en darle la razón
a 47 docentes de Barranca, que fueron cesados ilegalmente, mediante
resoluciones y en casos hasta con simples oficios firmados por la directora de
la Ugel 16 Enith Díaz.
Y es que no entendemos por qué el apuro que tuvo esta mala docente, para
cesar a estos docentes, cuando aun el MED no emitía el reglamento para ello,
cometiendo un flagrante abuso de autoridad.
Ahora estos docentes maltratados podrán recibir justicia y por ende también
los pagos que no pudieron percibir en forma normal, desde el mes de mayo, originado
por Enith Diaz, que ante esta injusticia no le importo dejar sin alimentos a
estas familias.
Ahora el magisterio barranquino, no el SUTE BCA porque están
conchabados, exigen que Enith Díaz sea procesada administrativamente y luego
destituida del cargo de forma inmediata, como corresponde, pues esta solo es
una de las tantas irregularidades que viene cometiendo en la Ugel 16.
¿Tendrá los cojones el vetusto y octogenario Ricardo Dolorier, como para
perjudicar los negocios de su asesor Córdova?,
¿hasta cuando la corrupción en la Ugel 16 continuará impunemente?.
Mientras Javier Alvarado sea presidente regional, creemos
que no pasará nada, por que e a este sinvergüenza le gusta rodearse de sinvergüenzas,
pues ni siquiera hace la finta de sacudirse de sus “colegas”.
Y es que podrán
tener a su servicio a un ejercito de mermeleros de la prensa basura, ignorando
que la verdad no se puede ocultar, y que la lucha por ella no la ganan los
muchos, sino los pocos.
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