La situación en el Hospital de Barranca es insostenible, debido a las múltiples
denuncias de los mismos trabajadores, que cansados de la mala administración ha
levantado su voz de protesta al mismo Gobierno Regional.
Para ello han anexado múltiples denuncias, acompañadas de pruebas
instrumentales, pero extrañamente no se toman en cuenta, cubriendo con un halo
de impunidad, los actos irregulares en este nosocomio, que desde la llegada a
la dirección del medico Agustín Briceño, a descendido a los mas bajos niveles
de aceptación.
Pero no solo es la mal atención que se brinda o la arrogancia y malcriadez
de algunos malos trabajadores contra humildes personas de baja condición social,
que son maltratados verbalmente justamente por su pobreza, sino que lo mas
escandaloso es la compra de equipos médicos sin la debida planificación, y que
al no ser utilizados son depositados en el almacén o como el caso de los
equipos de aire acondicionado, son dejados en el echo del área de servicio de
tuberculosis, ubicado entre los jirones Grau y Nicolás de Piérola en Barranca.
EQUIPOS CHINOS QUE PASAN
COMO ALEMANES
Según la versión de trabajadores honestos de este Hospital, en la
presente gestión de Agustín Briceño, la oficina de logística a cargo de Denise
Montoya y el administrador Rafael Konja, han comprado equipos microscópicos de fabricación
china, como si fueran de procedencia Made in Germany, tal como se puede
observar con las fotos que adjuntamos a la presente denuncia.
Sin embargo pese a esta gravedad de presunta usurpación, malversación o sustitución
ilegal, el OCI no ha iniciado ninguna investigación, tal como tampoco lo ha hecho
con otros equipos médicos comprados sin planificación que están inutilizables y
abandonados a la intemperie en este nosocomio, lo que ha generado comentarios
de complicidad y encubrimiento.
Lógicamente, tampoco el gobierno regional ha investigado estas irregularidades
y menos sancionado a los responsables, a pesar del despilfarro del escaso
recurso económico, en compras de equipos médicos que cuestan altas sumas de
dinero, y que increíblemente solo sirven como elementos decorativos, al no ser
usados por extrañas razones.
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