Cuando la incapacidad
es premiada con cargos de confianza pasan dos cosas: sufren los administrados y
estos engordan sus cuentas.
¿Cómo es posible
que exista tanta insensibilidad con el ser humano, más aun tratándose de un
hospital en donde la vocación de servicio debe prevalecer por encima de
cualquier interés?, ¿Apropiarse del dinero para este sector es criminal y
cualquiera que sea la modalidad de aprovechamiento es repudiable, inhumano y
criminal.
En el hospital de
Barranca nos hemos cansado de denunciar todas las tropelías y corrupciones jamás
antes vista en comparación con otras gestiones regionales, así entre quien
entre, lo primero que hacen es prevalecer sus privilegios y sus intereses.
Hoy han retornado
las grandes colas en las madrugadas, en la que se puede ver como ancianos, mujeres
gestantes y hasta niños tienen que madrugar para lograr una consulta médica, en
la que para variar nunca consiguen porque no hay médicos. La escases de
medicinas, alimentos, equipos médicos y hasta útiles de aseo, tratándose de un
hospital es de por si un escándalo.
La gestión entrante
nos hace recordar a la anterior en la que Konja era el dueño absoluto, nada ha
cambiado, todo está igual y hasta peor. Solo hay dinero para pagar a los proveedores
o para solicitar servicios inexistentes o fantasmas. Acá el lema es la
impunidad, no hay sanción para los corruptos y todo es borrón y cuenta nueva.
Ahora los paganos
de la mala administración son los jubilados, estos pobres pensionistas que a la
justan perciben como pensión 600 soles, pasan las de Caín porque no pueden cobrar,
porque simplemente hay una sarta de incapaces en los cargos de confianza,
puestos allí a dedo por el director Wilfredo Ramírez Oropeza.
La encargada del área
de planeamiento y presupuesto Justina Elías, que fuera desaforada de la DIRESA
por incapacidad, no mueve ni un dedo para que los pobres pensionistas puedan
cobrar la mísera suma que perciben mensualmente, estos pobres viejitos que no
tienen ni para comer, tiene que mendigar, soportando las inclemencias del
clima, exigiendo sus pagos.
El administrador
que fuera vacado por el JNE, por conducta deshonesta cuando fuera teniente
alcalde de la municipalidad provincial de Barranca, (Caso Emapa que tocaremos
en otro artículo), ni se inmuta. Como él tiene para comer, que le importan los
viejitos. Estos personajes dicen que la gestión de Javier Alvarado es la
culpable del caos. Imagínense, puestos a dedo allí por el Rey Toro y encima le echan
la culpa. Deslealtad total.
Mientras tanto pobre
Hospital. Sucumbe a los devaneos, mediocridades e incapacidades de sus
funcionarios, colocados allí no por méritos propios sino por favor político,
por quien fuera elegido para gobernar la región Lima, Javier Alvarado. Que siga
el festín. Javier Alvarado nunca más. Por culpa de él, este Hospital está en la
lona final.
Por ultimo sino
respetan a mujeres gestantes, niños ni ancianos enfermos, menos respetan a los
pobres pensionistas que viajan entre Barranca y Huacho, SUPLICANDO sus MISERAS remuneraciones.
Qué vergüenza. El remedio salió peor que la enfermedad. Inhumanos, insensibles
y sinvergüenzas. QUE SE LARGUEN DE UNA BUENA VEZ RAMIREZ OROPEZA Y SU BANDA.
Algo más: Ramírez Oropeza premió a Justina Elías desaforando a un profesional con maestría y doctorado en salud pública como Carlos García. Ganaría S/. 4,500 mil soles como plus como responsabilidad por el cargo, al igual que el administrador Luis Flores Mallqui. Vergonzoso.Regresamos.
Algo más: Ramírez Oropeza premió a Justina Elías desaforando a un profesional con maestría y doctorado en salud pública como Carlos García. Ganaría S/. 4,500 mil soles como plus como responsabilidad por el cargo, al igual que el administrador Luis Flores Mallqui. Vergonzoso.Regresamos.
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